viernes, 18 de junio de 2021

Billy Wilder: De guionista imprescindible a director estrella

UNA HISTORIA

DEL CINE

PARA NIÑOS

DE 0 A 99 AÑOS:

EL DIOS DE 

TRUEBA



«Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder, él es mi verdadero Dios. Gracias, Mr. Wilder»
Uno por Mejor Película, dos como Mejor Director y tres como Mejor Guión

¿Por qué Fernando Trueba, director de cine español, en la entrega de los Óscar a la mejor película extranjera de 1992 por Belle Époque manifiesta estas palabras en su discurso de aceptación? Es evidente que se trata del homenaje a uno de los diez (por poner una cifra que no hiera susceptibilidades) mejores directores de la Historia del Cine. El resto de la anécdota es conocida. Al poco, recibió Trueba una llamada:

«Hola, Fernando: soy Dios…»

El norteamericano le dijo que era él a quien le rendía homenaje, ya que…

«Desde ese día, la gente se arrodilla ante mí por la calle…»

Le explicó el director norteamericano a Trueba.

Fotograma de Belle Époque con Ariadna Gil y Fernando Fernán Gómez en primer plano

Entonces, ¿quién fue Billy Wilder? ¿Qué representó en la profesión?

Nace en Austria en el seno de una familia judía y dedica su juventud al periodismo de sucesos y deportivo. Enseguida, Viena se le queda pequeña a Billy y traslada sus bártulos al Berlín de los años 20, en donde convive con la delincuencia, que rastrea para su trabajo, y con jóvenes intelectuales como él, que pululan por la ciudad. Allí, tiene el primer contacto con el mundo del cine en 1924 realizando el guion a seis manos junto a los hermanos Siodmak, una forma colectiva de trabajar que le acompañará toda su vida. Se trataba de un docudrama colectivo titulado Los hombres del domingo, que llevaría la firma en la dirección de otros alemanes, además de los Siodmak, con los que se encontrará en la Meca del Cine: Edgar G. Ulmer y Fred Zinnemann.


Cuando se impuso el gobierno fascista, Billy se huele que su condición de judío, aunque no sea muy creyente, le va atraer problemillas y vuelve a trasladar su residencia más al oeste. Solo le da tiempo prácticamente a cambiarse de muda en París, dirigiendo por vez primera un argumento, porque no encontraron director que lo quisiera rodar. El guion fue escrito a seis manos junto a los hermanos Siodmak, una forma colectiva de trabajar que le acompañará toda su vida. Con su sorna habitual calificó en sus memorias a Curvas peligrosas como un antecedente de la Nouvelle vague con 25 años de antelación.

Mauvaise Graine (1934): Interpretada por Danielle Darrieux y Pierre Mingrand

Con un supuesto contrato con la Columbia, pondrá inmediatamente rumbo a Hollywood. Llegará junto al actor Peter Lorre, con solo con trece dólares en el bolsillo y chapurreando el inglés. Al principio lo pasa mal (vivió seis meses en Méjico porque se le había acabado el visado) hasta que, ahora sí, fue contratado por la Paramount en 1936.

Con Charles Brackett reescribiendo un guion en el camerino

Su primer compañero de baile fue el novelista Charles Brackett. Juntos escribieron con éxito trece guiones en una pequeña oficina en la Paramount con poco más que una máquina de escribir y un diván de psicólogo. Aprendió muy pronto el idioma, pero se sentía más seguro escribiendo en compañía por afinar mejor los giros idiomáticos. Al final descubriría que dos cerebros funcionaban mejor que uno y ya nunca escribió solo. Se decía que Wilder tenía dos cuchillas de afeitar en la boca por su agudo y lacerante ingenio a la hora de escribir, pero logró con Brackett la cuadratura del círculo a la hora de escribir. 

En plena labor creadora, no se sabe si era más rápido y acerado con la fusta o con la lengua

Como dos púgiles que intercambian golpes, los dos guionistas codo con codo intercambiaban pullas y diálogos que poco después se convertirán en deslumbrantes guiones cinematográficos para Lubitsch (Ninotchka, 1939), Leisen (Medianoche, 1939) o Hawks (Bola de fuego, 1941), entre otros directores.

Barbara Stanwyck y Gary Cooper en una actualización de los siete enanitos en Ball of Fire, 1941
 

Como anécdota, en el entierro del maestro del toque en 1947, se encuentra Billy junto a su amigo William Willer. Cuando este le comenta que se han quedado sin Lubitsch. Ni corto ni perezoso, Wilder le contesta: 

«Peor aún, nos hemos quedado sin las películas de Lubitsch
La octava mujer de Barba Azul (Bluebeard’s Eight Wife, 1938), éxito de Lubtsch escrita por Wilder y Brackett

Las continuas disputas con Leisen por los tres guiones que le escribieron y por el resultado final de los mismos le llevaron a pedir a la Paramount que le dejarán dirigir. Los ejecutivos no estaban dispuestos a perderá la joya de la corona de los guionistas y se lo negaron rotundamente varias veces. Ante la insistencia machacona de este, decidieron dejarle hacer una película para que se estrellará y ya no volviera a pedir más convertirse en director. Sin embargo, los dioses acostumbran a hacer lo que les da la gana y el éxito de El mayor y la menor (1942) con Ginger Rogers y Ray Miland, y ya no fue posible negarle que, además de guionista, resultara que sus guiones también los podía dirigir mejor que nadie. 

La magia del cine:  una improbable menor interpretada por Ginger Rogers en The Major and the Minor

Tras Cinco tumbas al Cairo (1943) llegaría el primer éxito rotundo de su carrera, el primer noir con mayúsculas, Perdición (1944) que curiosamente Brackett no quiso participar en una historia que le pareció "sórdida y sucia", por lo que fue el novelista Raymond Chandler quien acabó escribiendo junto a Wilder el guion de esta película. Por las incomprensibles decisiones de la Academia no le dieron su primer Óscar a Mejor película y como desagravio se lo concedieron al año siguiente por Días sin huella (1945), aunque la película interpretada por un magnífico William Holden haciendo de alcohólico era notablemente inferior. El crepúsculo de los dioses (1950) supuso el final de la brillante colaboración entre Wilder y Brackett, cada uno de los cuales continuó su carrera en solitario.

Foto promocional de la última película con Brackett

Tras probar con Walter Newman y Lesser Samuels en El gran Carnaval, con Edwin Lun en Traidor en el infierno, Samuel Taylor y Ernest Lehman en Sabrina, con George Axelrod en La tentación vive arriba y con Vendell Mayes en El espíritu de San Luis Wilder dejará las novias esporádicas y se casará por doce películas con el guionista de origen rumano que se hace llamar I. A. L. Diamond. Hasta el final de su carrera solo le fue infiel con Larry Marcus y Harry Kurnitz en la adaptación de la novela de Agatha Christie Testigo de cargo (1957). Diamond completó su faceta escritora con la producción de ocho de los filmes que escribieron juntos.

Con su segunda esposa: I.A.L. Diamond

Como los dos amigos que están todo el día discutiendo, pero que se quieren a muerte; el binomio Wilder / Diamond nos deleitaron a partir de Ariane con obras inolvidables como Con faldas y a lo loco, El apartamento, La vida privada de Sherlock Holmes, ¿Qué pasó entre tu padre y mi madre? o Primera plana. Ya viuda, la mujer de Diamond ratificaría que la pintoresca relación de los personajes que interpretaron magistralmente, entre otros, Jack Lemmond y Walter Mathaus estaban inspirados directamente en la amistad y el trabajo de su esposo y Wilder. ¿Adivina quién era quién? Aunque, no importa mucho porque nos dejaron sus películas como legado.

Lemmond y Mathaus en un aprieto en  Primer Plano (The Front Page, 1974)

Enlazar todos estos éxitos al principio de su carrera como director le permitiría alcanzar el #Director’s cut, gracias al cual se erigió en el dueño y señor del resultado final de la película, por encima de los designios de los entonces todopoderosos estudios. Así, esta libertad de acción nació el Wilder director que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar. 

En el rodaje de una de las escenas más iconográficas del la Historia del Cine

Voy a poner dos ejemplos de este este estatus.

Todo el equipo habitual de Wilder se desplazó a Berlín para realizar la sátira del comunismo Uno, dos, tres, con el ánimo de filmar varias escenas importantes en la puerta de Brandemburgo. Pero llegaron en el momento de mayor tensión entre las dos partes de la ciudad que dio como resultado la construcción del Muro de Berlín y se les prohibió hacerlo. Ni corto, ni perezoso, Billy consiguió que le construyeran en los estudios alemanes Bavaria una réplica de dicho monumento.

En el #set de los estudios Bavaria en One, two, three (1961)

Al año siguiente, quiso repetir viaje para rodar Irma la dulce, esta vez a París, pero los ejecutivos le negaron esta vez el desplazamiento. Para su consuelo, Alexandre Trauner construyó en el estudio la plaza del Mercado Central parisino. Gran parte de la trama transcurre en una taberna típica de París, y para hacer que la película fuera más auténtica, con el poder del dinero de Hollywood a Wilder le permitieron que comprara una taberna existente en París y que la trasladaran pieza por pieza hasta los estudios para realizar esta parte del decorado.

Un momento de la película en la cuidado al detalle Chez Moustache

Década a década la preeminencia de Billy Wilder, fuera de la calidad de sus películas y relacionado más con el impacto de estas en la crítica, primero, y, después, en la taquilla; fue decayendo. Hasta que tras su último film en 1981 Aquí, un amigo, ninguna compañía aseguradora lo quiso asegurar para realizar una película debido a su avanzada edad, por la posibilidad de que muriera durante el rodaje. No fue algo que solo le sucediera al genio austriaco, sino que fue una práctica de aquella época pretérita que nos hurtó la posibilidad de disfrutar de alguna obra más de varios directores entrados en años.

En la huelga de guionistas de 1981 © Wikipedia

Parafraseando la anécdota del entierro de Lubitsch, hasta su muerte en 2002 tuvimos a Wilder, aunque nos quedamos sin las películas de Wilder.

 

No hay estudio de rodaje en el que se pueda construir esta oficina. Wilder lo consiguió para The Apartament (1960) con un ingenioso trucaje analógico

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

    En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas

  • El mundo siempre puede ser mejor para Capra
  • El cine  sonoro español y la II República
  • Actores de leyenda
  • En el comunismo también caben las brujas

 

#Términoscine

#Director’s cut no tiene que ser entendido aquí como el montaje alternativo del director por discrepancias con los productores, que se edita años después del estreno de la película, como entendemos hoy en día, sino en que esta influencia esté presente ya durante la realización del film en que la opinión del director quede por encima de la del productor.

#set es el lugar de trabajo en una parte de estudio cinematográfico en donde se rueda una determinada escena. Allí conviven los actores con una multitud de técnicos de luz y de sonido para que el escenario cobre vida y luego nos lo creamos como si fuera real.

2 comentarios:

  1. Perfecta erudicción y conocimintos lo tuyo.Mucha suerte,y adelante!

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  2. Amor y respeto por lo que se hace. Pero sin vosotros púbico no serviría de mucho.

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