viernes, 26 de marzo de 2021

Orson Welles: ascenso meteórico. Ciudadano Kane y El cuarto mandamiento

Una Historia

del Cine

para niños

de O a 99 años:

 

Orson Welles:

del metórico ascenso

al ostracismo 

más  fructífero (1/2)

 


    Orson Welles empezó a deslumbrar ya en el mundo del teatro. En 1935, con 25 años ya dirigía su compañía The Mercury Teatre. Por muy alto que llegará, nunca fue un hombre que se estancase, siempre quería ir un paso más adelante con sus ideas, hasta encontrar el éxito. No era para nada un conformista. Llegó su momento y sí que lo aprovecho. Con su compañía ya llevaba algún tiempo dramatizando en la radio obras literarias famosas. El azar y el buen hacer se alió con él en el mejor momento. Aquella noche de 1938 tocaba la dramatización de La guerra de los mundos de H.G Wells por azares del destino los que llevaron tarde a la emisión se encontraron, con la narración en directo con la voz del propio Welles que hacía de nadador, de una invasión alienígena que muchos la escucharon atónitos como si fuese real. Ahí empezó su leyenda. 

    Se le ha dado mucho bombo a esta circunstancia. Se ha estudiado a posteriori que la incidencia de esta alocución radiofónica fue mucho menor de lo que se ha consignado históricamente. Sea como fuere, este éxito inesperado le abrió de par en par las puertas de Hollywood y allí llegó él para comerse el mundo como un nuevo wonderboy. Welles no concebía su arte de ninguna otra forma. 

    Orson firmó un contrato en 1939 para la RKO Pictures con plenos poderes. Diseñaría sus películas de arriba a abajo. Se encargaría de dirigirla, escribirla, producirla y protagonizarla. Con algunos titubeos hasta encontrar un ambicioso construyó una de las obras más importantes de la historia del cine: Ciudadano Kane (1941). 

Un descanso durante el rodaje de Ciudadano Kane

        Como buen actor que era, Orson resaltó con ironía en muchas entrevistas que su único aprendizaje en la técnica cinematográfica fue ver cuarenta veces La diligencia (1939) de John Ford: 


"Como se vio después, el primer día que caminé por un set fue mi primer día como director. Había aprendido todo lo que sabía en la sala de proyección, de Ford. Después de cenar, cada noche durante aproximadamente un mes estuve proyectando La diligencia, a menudo con algún técnico distinto o jefe de departamento del estudio, y haciendo preguntas. «¿Cómo se hizo?» «¿Por qué se hizo?». Era como ir a la escuela."
(Welles, Orson y Bogdanovich, Peter (1992), p. 557)

    Echó mano, como no podía ser de otra forma, de los actores de su Mercury, que serían asiduos en su cine, y de los mejores técnicos del estudio para construir su más grande cima. Herman Mankievicz le introdujo en el arte del guion, George Schaefer en el de la producción, mientras que se encargaron de la #dirección de fotografía Gregg Tolan, de la #dirección de arte Van Nest Polglase, del maquillaje Maurice Seiderman, de la música Bernard Herrmann y del montaje Robert Wise. Todos ellos importantes entradas en la Enciclopedia del Cinema.

Rodaje de Ciudadano Kane

    Profundidad de campo para que cupieran en el encuadre varias acciones paralelas que se vieran a la perfección, filmación de techos para crear una sensación a medias claustrofóbica y a media de realidad, uso de teleobjetivos para filmar los primeros planos de manera deformante, uso de la fotografía en blanco y negro resaltando los claroscuros a la manera expresionista, así como por el notable uso de los movimientos de cámara y el empleo forzado o aberrante de grúas, como #dollys y #travellings.  

Contrapicado claustofóbico
Empleo del claroscuro

    Adoptando una trama detectivesca en sucesivos flashbacks, creó un personaje apócrifo que se parecía muy mucho al magnate real de la prensa William Randolph Hearst, qué rápidamente lo consideró un ataque directo y persiguió, publicitaria y judicialmente, con todo su poder la película.

Empresario metido a política. ¿No te suena?

     No solo por intervención de Herst, la película no fue el éxito que esperaba la RKO. El público de 1941 no estaba preparado todavía para una película como esta. Aun así, no había perdido todo el crédito con el estudio que lo dejó hacer en primera instancia en su siguiente película, The Magnificient Ambersons (1942), que aquí se conoció como El cuarto mandamiento [sic]. Una nueva disección del mundo de los poderosos en crisis de valores, esta vez no actual, sino en la época a caballo entre las grandes fortunas tradicionales venidas a menos y su adaptación a los nuevos modelos impuestos por la industrialización.

Tradición frente a maquinismo en El cuarto mandamiento

    Su obsesión por cuidar hasta en más mínimo detalle le volvió a retrasar en los plazos impuestos por el estudio. Pero, está vez, colmó la paciencia de los productores que le arrebataron el control del #corte final. Así Welles echó en falta 45 minutos rodados que eran importantes en la trama y el final que se rodó no fue el ideado por el cineasta en el guion. A pesar de que no pudo ver la película acabada como a él hubiera gustado, la película no deja de ser su segunda #obra maestra. Y ya van dos en sus dos primeras películas. Sin embargo, que la #crítica las considere dos monumentos del cine, no quiere decir que tuvieran el beneplácito del público.

Imagen icónica de El cuarto mandamiento

    A partir de entonces, para los productores el nombre de Welles significaba desavenencias artísticas, prolongado retraso en el rodaje, incumplimiento del presupuesto y, lo que es más grave para la parte industrial del séptimo arte, alergia para la taquilla. 

    Ya no volvería al sistema de estudios hasta Sed de mal (1958), lo que no implica que su genio desapareciera, pero eso es asunto de la segunda parte. 

¡Cuidado spoiler! El macguffin de Ciudadano Kane

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:


  • El marxismo según los Hermanos Marx (3/3)
  • "Cara de palo" Keaton: el impasible Buster 
  • Una de asesinatos: los géneros cinematográficos (4/5) 
  • Orson Welles: del meteórico ascenso al ostracismo más fructífero (2/2)


#términoscine 

#director de fotografía es la parte de la realización cinematográfica que se ocupa de cómo se revela en el celuloide la película, para que en la pantalla se vea en blanco y negro, y una infinita gama de grises, o a todo color. 

#director de arte es la persona que en una realización cinematográfica se ocupa de los decorados de la película. Nombre muy sonoro que va más allá de poner una mesa o una silla, es verdadero arte en algunas pelis al servicio de los directores más exigentes que las hace destacar. 

#dolly es el artilugio donde va montado el cámeramen y #traveling es el encuadre que se cobsugue. Consiste en unos raíles sobre los que se monta la cámara para para que se mueva a la par que los actores a los lados o de arriba abajo indistintamente sin que se vean los raíles. 

#corte final es cuando el director hace una película en la que los productores le han cambiado parte de la idea original, y cuando el realizador se hace famoso se permite el lujo de montar lo que define falsamente como la versión que quiso hacer en su momento. 

#obra maestra es la obra cinematográfica que traspasa los límites de la época de exhibición. Un concepto de la teoría de autor de la revista Cahières de cinema. Es la obra perfecta a consideración de la crítica por sus valores técnicos y artísticos sin tener en cuenta la taquilla. 

#crítica es el eufemismo con el que se llama a los sesudos estudiosos del arte cinematográfico que en artículos opinión quieren imponer su gusto a los espectadores a la hora de analizar los films, como si fueran gurús o estuvieran dotados de una varita mágica.