UNA HISTORIA DEL CINE PARA NIÑOS DE 0 A 99 AÑOS

 



UN, DOS, TRES...

GEORGES

MÉLIÈS 

 

 


Uno de los presentes en la primera exhibición cinematográfica de los Lumière fue Georges Méliès, quien fuera hechizado por el nuevo invento. Actor y autor teatral independiente y muy inquieto supo ver desde el primer instante las posibilidades del nuevo invento. Al terminar la proyección se acercó a los Lumière para pedirles que le vendieran una de sus máquinas. No tuvo en cuenta la cerrazón de los empresarios, que no vieron las posibilidades artísticas de su invento y se negaron a vendérselo, por creerlo un artilugio que pasaría pronto de moda.

Para todos nosotros esta negativa sería definitiva. Pero, no si nos llamamos Méliès. Ni corto, ni perezoso, se puso manos a la obra, adquirió un aparato de otro inventor y lo convirtió en la cámara tomavistas para lanzarse a filmar obras de teatro en #celuloide hasta que la genialidad llamó a su puerta, y una mente despierta y siempre alerta como la suya cogió la oportunidad por los cuernos. Así nació el #montaje cinematográfico, el primer paso del #Séptimo Arte para convertirse en lo que hoy conocemos.

El hombre de la cabeza de goma (1901)

Se ha transmitido el origen como una leyenda urbana. Así, se encontraba el bueno de Méliès filmando una calle y al paso de un coche de caballos se le estropeó la cámara y tuvo que parar la filmación para arreglarla. Lo hizo para, acto seguido, continuar con el rodaje. Luego, cuando contempló lo rodado, ocurrió el milagro: el coche de caballos se convirtió por arte de magia en un coche fúnebre. Quizá no ocurrió así, pero no dejemos que la realidad fastidie una buena historia, El bueno de Méliès había inventado por casualidad el trucaje cinematográfico. A partir de entonces, fue perfeccionando otros trucos que llenaban de prodigios visuales todas sus películas, que le dieron una más que merecida fama mundial.

 

Estudio de rodaje en la casa del cineasta.

La más famosa de sus películas fue el Viaje a la luna (1902), inspirada lejanamente en la homónima novela de su compatriota Jules Verne, en la que en un alarde de prodigiosa imaginación tejió una trepidante aventura llena de gags y efectos visuales para ilustrar con eficacia una simplona historia, que consigue el maravilloso efecto de dejarnos con la boca abierta todavía hoy en día.

La imagen más icónica de su cine.

Como todo en este mundo, pasó su momento y tan rápido como fue celebrada su obra se le olvidó por completo, al ser sustituido por otros nombres también importantes. La casualidad quiso que unos años más tarde fuera sacado del anonimato como veremos en otro de nuestros bocados cinematográficos.

 

 En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:

  • El Marxismo según Los Hermanos Marx
  • El Club de los Poetas Tuertos: Fritz Lang (2/5)
  • La llegada del sonoro por apuros económicos
  • Cuando los vikingos no llevaban cuernos

#términoscine Celuloide es el primer plástico comercializado en 1856, hecho de nitrocelulosa y alcanfor, con añadidos de tintes y otros agentes, que se usaba hasta 1950 para impresionar imágenes en cine y fotografía. Hoy solo se utiliza para púas o pelotas de pimpón.

#términoscine Montaje es la acción de contar una historia de una manera y no de otra, para que el espectador esté más entretenido o más engañado. Es un puro acto mecánico que se convierte en la esencia del cine. Lo más importante es cómo se cuenta la historia.

#términoscine Séptimo arte es la denominación que se le da tradicionalmente al cine dentro de la concepción artística que nace en la tradición grecolatina y que cambia durante siglos, hasta que un tal Canudo (vaya nombrecito) la catalogó en este número en un manifiesto.

El Club de los 

Poetas Tuertos: 

John Ford (1/5)

 


 

 

“Mi nombre es John Ford y soy director de westerns#” 

 

 

 

 No es su epitafio. Durante una tensa reunión del Sindicato de Directores de Hollywood en el año 1950, en la que un grupo capitaneado por el ultraconservador Ceci B. de Mille intentaban destituir al presidente del gremio Joseph L. Mankievicz porque este se negaba a impulsar la firma de declaraciones juradas sobre “ser o no ser comunista” (era la época de la casa de brujas, impulsada por el senador McCarthy); Ford pidió la palabra y empezó su famoso alegato en contra de la posición de un De Mille al que acusó de no gustarle nada la postura que defendía.

Caza de brujas: manifestación pro los 10 de Hollywood

Así se comportaba el, en mi opinión, mejor director de la historia. Si midiéramos la importancia de las gentes del cine por los Óscar que jalonan su carrera (que yo siempre he pensado que no es así, ni mucho menos), John Ford sería el mejor director de la historia por ser el único en lograr cuatro estatuillas (El delator, Las uvas de la ira, ¡Qué verde era mi valle! y El hombre tranquilo. Ninguna de ellas curiosamente es una película del oeste). Aunque para mí es el mejor porque no tiene películas fallidas y ya quisieran las menos buenas para sí otros muchos directores que presumen de pedigrí. Es, en definitiva, el que mejores ratos me ha hecho pasar (es lo más importante en una peli por encima de su virtuosismo técnico o de la solidez del guion) y el que me ha inculcado formas de comportamiento ante la vida. 

Victor McLaglen en El delator, 1935

En un descanso de Las uvas de la ira, 1939 con Tyrone Power y Henry Fonda

¡Qué verde era mi valle!, 1940

En el rodaje de El hombre tranquilo, 1952

 Como buen irlandés y como mejor narrador de historias, se inventó la suya propia. Hijo de dos emigrantes irlandeses, los Martín Feeney, decía llamarse Sean (equivalente gaélico de John) Aloysius O’Fearna, en la línea mitificadora de sus orígenes irlandeses. No tenía ninguna intención de desmentirlo, al igual que le ocurría con su icónica imagen con un parche en el ojo derecho que, en realidad, lo llevaba por hipersensibilidad a la luz, como resultado de una operación de cataratas mal curada en 1953, y no porque no viera por ese ojo. Era mejor no preguntarle por el asunto, porque cada vez daba una versión distinta.

Con uno de sus actores fetiche John Wayne

Francis Ford en 1917
    John Ford empezó en el mundo del cine desde abajo, de la mano de su hermano Francis (director y actor en el cine silente), que también le proporcionó el apellido artístico Ford. Se forjó una sólida carrera en el cine mudo, dirigiendo sobre todo películas del oeste para Harry Carey. Y luego una mítica reputación en el cine sonoro, dejando una huella difícil de igualar, ya que dudo que se pueda superar. Sabedor de su importancia en la profesión, sin embargo, se
Francis Ford en 1942
 definió a sí mismo en alguna ocasión como un profesional “testarudo, trabajador y corriente.” 
    Genio y figura hasta la sepultura, con sus sempiternos parche, puro y botella de whisky.

 


   

 En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:

  • Un, dos, tres... Georges Méliès
  • El Marxismo según Los Hermanos Marx
  • El Club de los Poetas Tuertos: Fritz Lang (2/5)
  • La llegada del sonoro por apuros económicos

#términoscine WESTERN o del oeste es la manía de los norteamericanos de ponerles nombres ingleses a las cosas. Género de cine genuino de USA de películas protagonizadas por vaqueros que dirimen sus disputas a tiros y le tienen tiña a los indios.

EL CLUB DE 

LOS POETAS 

TUERTOS





 
John Ford

"En el país de los ciegos, el tuerto es rey"

Si nos consideramos el resto de los espectadores como ciegos, el director de cine es el rey de una película. Un rey absolutista, como debe de ser para que funcione la filmación. No hay ninguna norma en el sindicato de directores que impida a un tuerto dirigir. Es más, en las antiguas cámaras tomavistas en el visor solo cabía una pupila, por lo que te sobraba un ojo. Es una cuestión meramente matemática. De todas formas, se nos olvida al escuchar una composición musical de Beethoven que este compositor considerado, si no el mejor, de los mejores; compuso la última parte de su vida siendo sordo. Como el compositor, el director siempre lleva la película en su cabeza y alguna que otra vez nos lo dejar ver en el storyboard# o guion gráfico.


Fritz Lang

En la historia del cine el Club de los poetas tuertos es más amplio de lo que podríamos suponer en un principio. Aquí nos vamos a ocupar de un repóker de ellos. Por orden de preferencia personal estarían por encima de todos ellos el DIOS John Ford, y el expresionista alemán Fritz LangUn escalafón por debajo el polifacético Raoul Walsh, y por último los mortales Nicholas Ray y André de Toth.

Raoul Walsh

Todos ellos desarrollaron la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos, aunque ninguno era, en puridad, americano. Ni mi memoria, ni tan siquiera la Wikipedia, sabría decir el nombre de un director de cine de origen indio americano, por lo que todos de los que hablaremos tienen un más o menos remoto origen europeo. Los nombres arriba citados no dejan de ser nombres artísticos y sus orígenes fueron muy diversos: Ford (John Martin Feeney) y Walsh (Albert Edward Walsh) eran de origen irlandés, Lang (Friedrich Christian Anton Lang) y Ray (Raymond Nicholas Kienzle) alemán y de Toth (Sasvári Farkasfalvi Tóthfalusi Antal Mihály Tóth Endre) de origen húngaro.

Samuel Fuller


    Mientras no ocurra como con en el Aigor de El jovencito Frankenstein (Mel Brooks, 1974), en que la joroba cambiaba de lado, y el parche se quede siempre en el mismo ojo. También puede ocurrir que el director nos tome el pelo al utilizarlo sin necesidad y lo lleve como reclamo publicitario. Ser tuerto no impide a ningún mortal desarrollar una larga carrera como director y de forma brillante, como en 
estos casos. La idea es llevarlo con clase y alardeando ante los demás de que tu minusvalía es una cualidad inherente a tu oficio, lo cual no deja de ser un sin sentido. Tampoco es importante cuál de los dos ojos es el útil porque Lang, Ray y Walsh llevaban tapado su ojo derecho y de Toth y Ford llevaban el parche en su ojo izquierdo. 

André de Toth
    Cada parche tiene su historia… Si tienes paciencia aquí te lo contaré.








   

 En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:

  • El Club de los Poetas Tuertos: John Ford (1/5)
  • Un, dos, tres... Georges Méliès
  • El Marxismo según Los Hermanos Marx
  • El Club de los Poetas Tuertos: Fritz Lang (2/5)


#terminoscine STORYBOARD o guion gráfico es el paso, de la cabeza del director a los dibujos en papel, de los diferentes planos que luego quiere que se conviertan en realidad en su película. Es una ayuda o guía para el resto del equipo de cómo quiere disponer el emplazamiento de la cámara, el tipo de plano y el encuadre, la luz y la escenografía. 

 



Preparados, listos,... Ya


Una historia del cine 


para niños de 0 a 99 años


La carrera del cinematógrafo llega a su fin...


Tras muchas intentos por parte de varios científicos o empresarios de muchos países distintos, parece ser que esta noche, 28 de diciembre de 1885, los franceses hermanos Lumière van a erigirse como los vencedores de una carrera nunca publicitada oficialmente, que consistió en poner en movimiento las imágenes, lo que han venido a bautizar como cinematógrafo (del gr. κίνημα, -ατος kínēma, -atos 'movimiento' y -graphe 'escribir’).

Auguste Marie Louis Nicolas Lumière y Louis Jean Lumière

En el Salon Indien, ubicado en el sótano del Grand Café del Boulevard des Capucines cerca de la Place de l'Opéra unos pocos afortunados, entre los que no me cuento, pudieron contemplar asustados que un tren atravesara la sala echando humo y haciendo un ruido espantoso. Cuando sus corazones no quisieron salirse ya de su pecho y recuperaron su pulso normal, se percataron de que sus ojos les habían engañado, que solo habían visto pasar 16 fotografías por segundo. Al fin y al cabo, un engaño óptico, o cosa de magia, según a quién le preguntes.



Cartel de las proyecciones de la "Cinématografhe Lumière"

El éxito de la primera proyección, con la misma cámara con la que rodaron unas muy interesantes escenas de la vida cotidiana, puede quedarse en pasajero. En unas declaraciones al final del acto, los propios inventores no le aventuraron a su artilugio un largo recorrido. Piensan que es algo de fama pasajera, que rápidamente dormirá el sueño de los justos, aunque mandarán a algunos chicos a rodar nuevas imágenes por toda Francia y, por qué no, por el resto del mundo si sigue el interés. 

Cámara tomavistas y al mismo 
tiempo proyector
 


Esta que acabáis de leer bien pudo ser la crónica en un periódico sensacionalista de París del nacimiento oficial del Cine.

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


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