jueves, 29 de octubre de 2020

Una Historia del Cine para niños de 0 a 99 años


La mujer de la 

falda creciente, 

la Jane de Tarzán





En la segunda década del siglo XX un escritor norteamericano de novelas #pulp fiction llamado Edgar Rice Burroughs dio con la tecla y construyó un personaje intemporal que todos recordamos por su grito famoso.

El autor de las novelas

Al parecer fue un invento del ingeniero de sonido Douglas Shearer de la #Metro, que mezcló en tiempo real las grabaciones en acetato de varios sonidos como el alarido del actor Johnny Weissmüller, el aullido de una hiena, una nota musical ralentizada y cantada por la soprano Lauren Beach y el raspado de una nota en un violín.

 © YouTube

Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=s648VLTYcSE

Para los que ya tenemos una edad la figura de Tarzán de los monos siempre estará unida al bueno de Weissmüller. Un campeón olímpico de natación que hasta en doce ocasiones caracterizó para siempre a un personaje parco en palabras, esta vez sí porque no le cabían los diálogos en la cabeza. Desde el principio, estuvo acompañado por la fiel Jane Porter, no confundir con Chita. Esta última era una chimpancé, la otra era una mujer occidental de muy buen ver, encarnada por Maureen O'Sullivan.

Portada de la primera novela, 1914

     En la primera película, Tarzán de los monos (Tarzán of the aples, 1932) interactuaba con Tarzán como una ingenua urbanita que desconocía que los peligros de la selva los traían realmente el hombre blanco. Dos años más tarde, en Tarzán y su compañera (Tarzan and his mate) Jane se había integrado perfectamente en la vida de la selva, al menos como la imaginaba el Hollywood clásico, y competía en agilidad con su pareja y lucía un escueto vestido de cuero de dos piezas que dejaba poco a la imaginación.

En un periodo de crisis como los de la Gran Depresión, no pasó desapercibido para los censores moralistas este atentado a la vista y en la tercera entrega, La fuga de Tarzán (Tarzan Escapes, 1936) ya lucía Jane un vestido de una pieza que desde un cuello sin escote le llegaba casi hasta las rodillas. William H, Hays había vuelto a ganar la partida. Bautizado con el nombre del más esforzado de sus miembros, la Asociación de Productores Cinematográficos de Estados Unidos (MPAA) creó un código interno que describía lo que era considerado moralmente aceptable. Aunque establecido en 1930, se aplicó desde 1934 hasta que se abandonó en 1967, para dar lugar al nuevo sistema de Clasificación por edades de la MPAA.

Pero, no seamos más papistas que el Papa. Esto mismo se hacía en España, aunque no era realizado por los productores, aquí no había nadie que se le pudiera llamar en puridad, sino por la iglesia. Desde 1932 se publicaba una revista titulada Filmor, en la que se catalogaban las películas según su particular rasero moral, para que los que quisieran publicaran los cines a la vista en la entrada. Con el franquismo, esa voluntariedad se convirtió en una obligación, siguiendo el criterio del cura de la localidad. La realidad obliga. 

 

NOTA DEL AUTOR: TODAS LAS FOTOGRAFÍAS y vídeos ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:
  • Los EE.UU. contra la Paramount Pictures Inc.
  • Cine silente Vs. cine parlante
  • El Club de los Poetas Tuertos: Nicholas Ray (4/5) 
  • Carlitos se hace famoso

 

 #términoscine:

#Pulp fiction o novela barata. El nombre alude al color amarillo de la pulpa similar a las páginas en que imprimían. Eran novelas por entregas que se vendían en los Estados Unidos en las que la calidad literaria brillaba por su ausencia, algo que tampoco le importaba al público que las consumían.

#Metro o Metro Goldwyn Mayer: La más grande de las major norteamericanas fundada por Louis B. Mayer y Marcus Loew y Samuel Goldwyn en 1924. Desde el principio mantuvo un sello de calidad alto y su gabinete de prensa llegó a afirmar que tenían mal de 1000 estrellas en su firmamento.

 

viernes, 23 de octubre de 2020

Una Historia del Cine para niños de 0 a 99 años

El Club 

de los 

Poetas tuertos: 

Raoul Walsh (3/5)





¡Lo logré, Ma! ¡La cima del mundo” 
 

 

    El final más explosivo (sic) de la historia del cine, el grandísimo actor James Cagney transmutado en el papel del sádico Coddy Barred, dedicándole su inmolación a su madre muerta; ilustra a la perfección el trabajo de nuestro tercer tuerto: Raoul Walsh. 

 

Withe Head, 1949 © YouTube

    Si alguien ha representado a la perfección la aventura en estado puro ese fue Walsh. En un principio, la vivió en primera persona nada más que le salió la barba. Interesado desde pequeño por las novelas exóticas, puso en práctica esta afición desde muy joven hasta que su hermano, George, lo rescató para una industria del cine que estaba en sus albores. No le importó arremangarse y colaborar en cualquier tipo de faceta en esta industria (colaboró como ayudante con Davis War Griffith en El nacimiento de una nación, 1914) hasta que en 1924 cogió el toro por los cuernos y le fue confiada una superproducción, que debía realizarse en tiempo récord, para la mayor de las estrellas del universo cinematográfico mudo: Douglas Fairbanks. Así nació la celebérrima El ladrón de Bagdad. 

© YouTube

Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=SC1PybVAA5c

    A partir de esta primera película, Walsh fijó el sello particular (su marca de autoría como dirían los críticos de #Cahiers de cinéma) de su abundante #filmografía. No solo no dijo nunca que no a dirigir una película, sino que visitó todos los géneros habidos y por haber, género al que obligaría a adaptarse a su estilo conciso, alegre y vertiginoso. Quizá no fuera un director de alto porcentaje de obras maestras, no era un director de proyectos personales. Cuando recibía un buen guion y tenía a sus órdenes a buenos actores le salían el puñado de obras maestras que firmó: La gran jornada Los violentos años 20, El último refugio, Murieron con las botas puestas, Objetivo Birmania, Gentleman Jim, El mundo en sus manos, El hidalgo de los mares, Perseguido, Tambores lejanos, o el Al rojo vivo de la cita inicial  

La gran parada, 1930

Los violentos años 20, 1939

El último refugio, 1941

Murieron con las botas puestas, 1941

Gentleman Jim, 1942 

Objetivo Birmania, 1945

Perseguido, 1946

El mundo en sus manos, 1952

Tambores lejanos, 1952
El hidalgo de los mares, 1952
    
    Trabajó con muchos de los más grandes actores: James Cagney, Humphrey Bogart, Gary  Cooper, Clark Gable, John Waine, Gregory Peck, Robert Mitchum En su debe, no cabían en su mundo notables personajes femeninos. Pero los dos intérpretes que mejor representan su visión del cine fueron los más físicos, Douglas Fairbanks y Errol Flynn. Dos atletas que se metieron a saltimbanquis y a actores, que representan la vida tomada de un sorbo y con una sonrisa siempre en la boca. Es una pena que el tercer ejemplo de este tipo de actores no trabajara nunca con Walsh. Hubiéramos conseguido la cuadratura del círculo si Burt Lancaster hubiera interpretado alguna película a sus órdenes.



 
    No se me olvidaba el por qué de su inclusión en este distinguido club. Quizá fue el único verdaderamente tuerto de los glosados cuando en 1928 tuvo que abandonar el rodaje de la ambiciosa En la vieja Arizona, por un desgraciado accidente de automóvil poco antes de la finalización del rodaje que lo dejó tuerto, y hubo de ser sustituido sobre la marcha por Irving Cummings. Como un avatar más de cualquiera de sus personajes, el accidente le sirvió a Walsh como acicate para ser mejor director y legarnos una filmografía envidiable.




NOTA DEL AUTOR: TODAS LAS FOTOGRAFÍAS y vídeos ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:
  • La mujer de la falda creciente, la Jane de Tarzán
  • Los EE.UU. contra la Paramount Pictures Inc.
  • Cine silente Vs. cine parlante
  • El Club de los Poetas Tuertos: Nicholas Ray (4/5)

 

 #términoscine:

#Filmografía es el neologismo  que alude al conjunto de películas realizadas por un director o interpretadas por un actor. Es una simple nómina sin ningún tipo de valoración de calidad.

#Cahiers de Cinéma es el título de la revista publicada en los años sesenta en Francia, en donde se difundió la teoría del autor en la Historia de cine por la que el director de cine era considerado como el propietario intelectual de una película.