viernes, 11 de junio de 2021

Actrices de leyenda: Katherine Hepburn, Bette Davis y unas cuantas más


UNA HISTORIA

DEL CINE

PARA NIÑOS

DE 0 A 99 AÑOS:

EL STAR SYSTEM

FEMENINO

DEL HOLLYWOOD 

MÁS CLÁSICO


Ida Lupino: actriz y directora de cine

Aviso 1: Quien busque en esta entrada a Meryl Streep, Charlize Theron, Scarlett Johansson… y otras actrices en activo, no las encontrarán. Estas actrices todavía tendrán que esperar para entrar en la leyenda del cine. Van de camino, pero su historia todavía está haciéndose para bien de ellas. Aquí hablaremos de las actrices que les allanaron el camino a la hora de equiparar el papel de las protagonistas femeninas con las de sus homónimos masculinos. 


 

Aviso 2: La selección de las actrices y su escalafón es personal, subjetiva y de este momento. En caulquiera otra circunstancia puede cambiar y, tambien, el amable lector puede pensar en la suya propia y personal. Y si falta alguna, perdonen mi desmemoria.


 

En la humilde opinión de este que sucribe, las dos mayores estrellas femeninas del cine que hayan existido nunca son Bette Davies y Katherine Hepburn, y si tuviera que elegir a una de ellas por encima me decantaría por la segunda, solamente por su mayor versatilidad en cuanto a géneros. Me hubiera gusta ver a la Davis en más comedias.

El hombre que vino a cenar (The Man How Came to Dinner, William Keighley,1941)

Nunca he creído en los Óscar de la Academia como índice de importancia de una película o de un actor sobre otros. Por eso no voy a poner en la balanza de la Hepburn su condición de ser la actriz con mayor número de estatuillas, fue reconocida hasta en cuatro ocasiones: Gloria de un día Adivina quién viene a cenar, El león en invierno y En el estanque dorado; y otras ocho veces fue nominada. Ella era de la misma opinión porque nunca pisó la alfombra roja como candidata.

Lowell Sherman, 1933
Stanley Kramer, 1967
Anthony Harvey, 1968

Mark Rydell, 1981

Fuera de este récord, representó a la mujer moderna de los años treinta que no necesitaba el amparo de los hombres, al contrario, su personaje era el que movía lo hilo, aunque muchas veces el Happy End obligado dejaba la sensación que a partir de allí no va a ser ya la misma mujer independiente. Pero, cuando hacía películas de época, a pesar del corsé histórico, también transmitía esa naturalidad marca de la casa, véase la adaptación de Georges Cukor de la novela Mujercitas, titulada Little Women, aquí llamada Las cuatro hermanas (1933). 


En definitiva, una larga carrera llena de logros que no cambió en demasía con la edad, por su capacidad de reinventarse eligiendo papeles de solteronas de mediana edad, que bordaba. En una de esta interpretaciones estuvo a las órdenes de John Huston en La reina de África (1951) en la que interpreta a la hermana Rose, que enamora al rudo marinero Charlie (Humphrey Bogart) y lo reconduce por la senda abstemia en el África colonial, como ella estaba haciendo en su vida privada.

Charlie y la hermana Rose antes de luchar contra el barco alemán

En el plano sentimental, no se casó nunca, pero tampoco estuvo ajena a las flechas de Cupido. Tuvo una peculiar relación amorosa de más de veinticinco años con un Spencer Tracy bastante mayor que ella. La pareja actuó junta en nueve películas entre 1942 y 1967 hasta la muerte del actor. Por resaltar alguna, Paty and Mike (aquí titulada La impetuosa [sic]) en la que Paty (Katherine Hepburn) es una famosa deportista que cuando se encuentra compitiendo con la presencia física el periodista Mike (Spencer Tracy) no da pie con bola. La relación entre ambos fue de adulterio consentido en la que el actor ya estaba casado, pero por su origen irlandés y católico nunca quiso divorciarse de su mujer Louise. La relación nunca hizo pública, aunque era un secreto a voces que fue la Hepburn la que realmente lo cuidó durante sus numerosas recaídas por culpa del alcohol hasta su muerte al poco de terminar la película que supuso el segundo Óscar de Hepburn.

Georges Cukor, 1952

Si los Óscar fueran medida de calidad e importancia, Bette Davis fue la primera mujer en conseguir diez nominaciones. Luego, solo conseguiría dos, por Peligrosa y por Jezebel

Alfred E. Green, 1936

William Wyller, 1937

Pero eso sería resumir una larga y fructífera carrera en una docena de títulos, y dejaría en el olvido interpretaciones como las de Cautivo del deseo (John Cromwell, 1934), El bosque petrificado (Archie Mayo, 1937), Más allá del bosque (King Vidor, 1940), Canción de cuna para un cadáver (Robert Aldrich, 1964) o Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978) o Ballenas de agosto (Lindsay Andersson, 1987). Tuvo que pasar el Rubicón de las interpretaciones florero hasta conseguir una fama de artista díscola, pero con personalidad por arrobas y comprometida con las interpretaciones melodramáticas más difíciles, hasta hacerse un nombre con personajes ambiguos como la oscarizada Jezabel o la Regina de La loba (The Little Fox, William Wyller, 1941). Cuando estuvo en España la Davis se sorprendió cuando mucha gente gritaba a su paso el título en español de la obra, como signo de admiración por una de las malas clásicas del cine.

Cautivo del deseo, 1934

A pesar de su relevancia, la industria cinematográfica no perdona el paso del tiempo en las mujeres y las quieren jubilar cuando llegan a cierta edad en la que no pueden interpretar a señoritas. Pero, tanto Katherine Hepburn como Bette Davis no han sido actrices comunes y corrientes y han sabido dar un golpe en la mesa a su debido tiempo. En 1962, la propia Davis, cuando contaba con 54 años publicó en la revista Variety un peculiar anuncio.

"Madre de tres hijos de 10, 11 y 15 años, divorciada. Estadounidense. Treinta años de experiencia como actriz de cine. Conservo movilidad; más amable de lo que dicen. Se ofrece para trabajo estable en Hollywood (experiencia en Broadway). Bette Davis, att. Martin Baum, G.A.C. Referencias bajo pedido".
 

No es que necesitara trabajo, acababa de estrenar con mucho éxito ¿Qué fue de Baby Jane?, sino que Bette Davis (que en 1941 presidiera la Academia durante ocho meses, siendo sustituida por sus revolucionarias propuestas) quiso llamar la atención de la industria para que construyera papeles a medida de las actrices más veteranas y no perder así su experiencia y contribución a la interpretación. 

Enemigas íntimas

Este anuncio recuerda a una de sus interpretaciones más reconocidas, la Margo Channing de Eva al desnudo (All about Eve, Joseph L. Mankiewicz, 1951) que lucha denodadamente, en esta ocasión en el mundo interpretativo paralelo del teatro, para no ser sustituida en la comedia que está preparando por la Eve (Anne Baxter) del título, una actriz más joven.

Dos generaciones frente a frente: Anne Baxter vs. Bette Davis

Tras las dos estrellas más luminosas, cualquiera puede venir a la memoria según el gusto y la situación puntual. Así y para ser más justos, la selección del resto de leyendas del celuloide la realizaré con un orden temporal y será necesariamente un ligero apunte.

La novia de América

En el cine mudo tenemos a “la novia de América”, la ingenua romántica Mary Pickford. Su personaje anclado en el melodrama victoriano, al que contribuía su físico de niña rubia de bien, tuvo éxito sobre todo en la América rural. Compitió en poder y taquilla con la otra grande, Gloria Swanson. En esta mujer fatal del cine competían en sus interpretaciones el glamur con cierta extravagancia, que trasladó a su vida privada. No sobrevivió al sonoro, pero Billy Wilder la rescató para hacer de sí misma en la maravillosa Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses, 1940).

Escena cumbre de la Swanson

Amén de Clara Bow, Theda Bara, Lillian Gish o Louise Brooks, la tercera en discordia era Greta Garbo. Sueca de nacimiento, fue el estandarte de los melodramas de la Metro por su eterna seriedad en pantalla. Por lo tanto, no es de extrañar que la publicidad de la única comedia que realizó a las órdenes de Billy Wilder Ninotchska (1939) fuera “¡Garbo ríe!” Fue su penúltima película, ya que se retiró en 1941 voluntariamente y se encerró en un apartamento en Nueva York, sin mantener ningún contacto con el exterior, que contribuyó a expandir su leyenda.


Entre las actrices que empezaron en el mundo, pero eclosionaron en el sonoro destaca
Marlene Dietrich, actriz muda en su Alemania natal, la Paramount la contrató para competir con la Garbo, pero su aspecto fue “remodelada” por Joseph von Sternberg en una famosa serie de películas sonoras: El ángel azul, El expreso de Sanghai o El demonio es mujer, entre las más destacada. A parte de sus cualidades interpretativas y vocales, Se le atribuyó el título de “las piernas perfectas” y se rumoreó que las aseguró por la cifra mítica de un millón de dólares.

El inolvidadble descubrimiento de la Dietrich todavía en Alemania

En la Historia del Cine solo Sid Charize pudo competir contra ella con sus largas piernas de bailarina.
Cyd con Fred Asteire en The Band Wagon (Vicent Minnelli, 1935)

Jean Arthur empezó su carrera en el mudo, pero el éxito de su voz quebrada le permitió protagonizar algunas de las comedias de mayor éxito en las décadas de los años treinta y cuarenta con directores como Capra, De Mille, Hawks, Wilder o Stevens.

La útima interpretación de Jean Arthur: Shane (Raíces profundas, Georges Stevens, 1953)

Entre las actrices que empezaron sus carreras ya en los primeros años del sonoro destacar a la franco-americana Claudette Colbert, actriz versátil y con aire aristocrático, que tocó el cielo de los Óscar con Sucedió una noche () junto a Clark Gable.

Las murallas de Jericó, versión Frank Capra en Its Happened one Night, 1934
 

Este último fue el marido de Carole Lombard, hasta que la desgracia se la llevó en un accidente de avión cuando viajaba para recaudar bonos de guerra, cortando una más que prometedora carrera de actriz de comedia, que se cerró antes de tiempo con Ser o no ser de Ernst Lubitsch.

La Lombard con Sig Ruman en To be or not to be, 1942

La dicharachera e hiriente Mae West debutó en el cine con cuarenta años para convertirse en la pesadilla de los censores del pre código con su lenguaje soez y picante.

Las curvas de Mae West no son nada comparada con su afilada lengua

Ingrid Bergman ha rodado en sueco, alemán, inglés, italiano y francés; siguiendo su trayectoria vital completando una carrera inigualable. Además de su rutilante etapa americana, destacar su contribución al cine italiano de posguerra de la mano de su marido y director Roberto Rossellini.

El cine y el amor pueden convivir: la Bergman y Roberto Rossellini

Barbara Stanwiyck representó como nadie a una mujer fatal dura y correosa contra la que nada pueden los hombres como en Perversión (Double Indemnity, Billy Wilder, 1944).

¿Quién se puede resistir a la Stanwick?

 

Ginger Rogers no solo era una bailarina famosa por sus diez musicales con Fred Astaire, sino también una excelente actriz.

En Top Hat (Sombrero de copa, Mark Sandrich, 1935)

Judy Garlan, niña prodigio del cine junto a Mickey Rooney, que luego se casó con el director Vicent Minnelli y madre de la también actriz Liza Minnelli, consiguió la fama con El Mago de Oz, pero que tuvo muchos problemas psicológicos que lastraron en una muy prometedora carrera.

Enlace a Over the Rainbow: https://www.youtube.com/watch?v=oW2QZ7KuaxA

Como actriz, Rita Haywort (por cierto, de padre español) era algo más que la sensual mujer que recibe el tortazo más famoso de la Historia del Cine en Gilda (Charles Vidor, 1946). Denominada “la diosa del amor” dominó las pantallas en los cuarenta en la Columbia.

¡Qué poco tacto, Glenn!

La II Guerra Mundial impidió, entre otras muchas cosas, la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres en 1940. Así, una muchacha de natación sincronizada llamada Esther Williams tuvo que trasladar su talento al agua de la piscina de la Metro en unos musicales inolvidables. Además de estas, otras actrices de relumbrón empezaron su carrera en la posguerra, que citaremos de pasada como merecido homenaje.

¡Esther en su salsa!

Debbie Reynolds brilló con luz propia junto a Gene Kelly y Donald O’Connor en Cantando bajo la lluvia (1952). Ava Gadner fue considerada como el “animal más bello del mundo”. Lauren Bacall, aunque triunfara desde su primera película, siempre se lo pensó mucho y su filmografía no fue muy extensa de joven, pero sí excelsa como pocas; y una #Guest Star de lujo, ya de mayor. Shirley McLane, niña mimada de los estudios por sus primeros éxitos, llegó a dominar las pantallas en los años 60. Grace Kelly quien cambiara el glamur de Hollywood por el del principado de Mónaco. La sensual y explosiva Merilyn Monroe que nos dejó antes de tiempo, aunque su legado, como el de la Lombard, fuera extraordinario. Audrie Hepburn, quizá la última de las rutilante estrella del cine clásico que, además, supo envejecer eligiendo muy bien sus papeles, como bien se puede admirar en Robin y Mariam.

Historia crepuscular con final trágico: Robin y Mariam (Jean Jaques Annaud, 1976)

Ya podemos recuperar el resuello, tras esta inabarcable lista. Los puristas estarán que trinan porque no aparece actrices europeas. Quiero entonar el mea culpa por identificar la leyenda con el periodo clásico del cine norteamericano, pero estos últimos siempre se ha promocionado mejor. Por lo tanto, no me olvido de actrices europeas como las italianas Sofía Loren o Anna Magnani, las francesas Briggitte Bardón o Catherine Deneuve, las ingleses Dorothy Hyson o Vivien Leigh, las alemanas Lil Dagover o Hanna Schygulla, o las españolas Sara Montiel o Conchita Montes; pero eso es otra historia.

 

No es mala la compararión de Ava con la dioa del amor (One Touch of Venus, William A. Seiter, 1942)

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

    En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas

  • El Dios de Fernando Trueba 
  • El mundo siempre puede ser mejor para Capra
  • El cine  sonoro español y la II República
  • Actores de leyenda

 




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