viernes, 30 de julio de 2021

Cine franquista: de las estrecheces a la censura y al desarrollismo



UNA HISTORIA

DEL CINE

PARA NIÑOS

DE 0 A 99 AÑOS:

EL CINE ESPAÑOL

DURANTE EL

 FRANQUISMO



El cine comercial durante la República estaba polarizado en el eje Barcelona-Madrid, por lo que el alzamiento del 28 de julio de 1936 en Canarias y el posterior desembarco en Andalucía, pilló al bando nacionalista sin ninguna infraestructura cinematográfica a mano, solo quiso la casualidad que si encontrasen algunas unidades rodando en ciudades que habrían de quedar en poder de los rebeldes. Este fue el caso del equipo técnico a cargo de Fernando Delgado que se encontraban en Córdoba rodando El genio alegre para Cifesa, que Manuel Casanova, su mandamás afín a los sublevados, mandó trasladar a Sevilla para reorganizar desde allí la producción de la marca, que durante la contienda se sentaría principalmente en la actividad documental.


No obstante, esta y otras excepciones no sirvieron para emprender una producción comercial, sino que se tuvo que esperar hasta finales de 1937 y contar con la decisiva colaboración nazi de capital y de los estudios en Alemania para realizar las primeras películas del franquismo, bajo el nombre Hispano-Film Produktion, que solo pudo rodar cinco dobles versiones en alemán y español de títulos de ficción, entre ellas El Barbero de Sevilla de Benito Perojo o Carmen, la de Triana de Florián Rey. También hubo colaboración italiana con la coproducción de películas como, Sin novedad en el Alcázar de Augusto Genina o Los hijos de la noche de Benito Perojo.

Durante el rodaje de El barbero de Sevilla

El que en la zona republicana permaneciese la mayor parte de las infraestructuras, sobre todo los laboratorios de montaje y sonorización a los que no pueden acceder los nacionales, no aseguró necesariamente en el mantenimiento de una producción regular, ni tan siquiera posibilitó la continuidad de las películas que estaban ya empezadas, terminando algunas de cualquier forma en otoño del 1936 otra suspendidas definitiva de forma definitiva y el resto reiniciadas al final de la contienda con los lógicos remiendos en la parte artística según las muertes, ausencias o represalias. Por el contrario, su problema sería más bien financiero con el definitivo retraimiento del capital, una remora que no podía superar la animosidad de las organizaciones políticas comunistas o anarquistas  que se hicieron cargo de los medios de producción, por lo que está precariedad de medios impidió que se abordase una producción digna que complaciese las necesidades que demandaba la situación social, una circunstancia que se confirmaba por el simple hecho de que varias de estas películas se exhibieron sin muchas dificultades en la posguerra. 

Escena de Los hijos de la noche con Julio Peña, Miguel Ligero y Estrellita Cuatro. Un intento de hacer el cine de Capra a la manera española

Lo que sí respondería a la necesidad propagandística tanto de la tropa como de la retaguardia de uno y de otro lado, sería la producción documental que cobraría una inusitada actividad con la confrontación armada, que habría de trascender las fronteras nacionales y servía como piedra de toque para sentar las bases definitivas de lo que más tarde con estallido de la guerra mundial sería el modelo definitivo del documental moderno.

Gesta histórica recreada en la co producción Sin novedad en el Alcázar

Si en literatura después de la guerra se produjo en España una poesía arraigada afecta al Régimen y una desarraigada de poetas en el exilio interior, que pudo pasar la censura; en el cine no pudo ser así. Los partidarios de la República tuvieron que reiniciar la actividad cinematográfica en el exilio y se redujo a dos países, Argentina hasta la llegada de Perón al poder y sobre todo en Méjico. Destacar la actividad como guionista de Max Aub y la de dos directores: Carlo Velo, que tuvo que nacionalizarse mexicano para trabajar en la industria cinematográfica, que al final pudo dirigir Torero en 1954, película mitad ficción, mitad documental, que con su éxito crítica y público dio los primeros pasos del cinema-verité en México. Y por encima de todos Luis Buñuel, quien tras el desafortunado musical Gran Casino (1947) y el éxito de El gran calavera (1949), nos brindará joyas como Los olvidados (1950), Èl (1953), Nazarín (1959) Simón del desierto  (1965).

Inolvidable film social dirigido por Buñuel, Los olvidados

El aparato cinematográfico franquista fue montado con rapidez al crear una Oficina de Prensa y Propaganda que se convertiría en el Departamento Nacional de Prensa y Propaganda, del que emanaría el Departamento Nacional de Cinematografía. La actividad que mejor bordó fue la censora. Para hacer un película primero se entregaba un argumento para ser visado, si pasaba esta primera criba, total o de forma parcial, se podía escribir el guion, que volvía a ser censurado. Una vez terminada la película volvía a ser examinada por si habían respetado las indicaciones o si habían de quitar todavía fotogramas. Por si toda esta fiscalización no era suficiente, cualquier cura, de cualquier ciudad, podía ponerse el mundo por montera y recortar la película a su antojo para que sus feligreses no sufriera en la tierra antes del juicio final.


Había otra función del DNC, que era letal para las películas y que servía también, en cierta forma de censura, la categorización de los filmes para, en un principio, concederles subvenciones, pero que en realidad era otra forma de castigar a los cineastas díscolos en la taquilla. Había tres categorías, la primera posibilitaban estrenar en los mejores cines, lo que significaba obtener beneficios. Si se catalogaba de segunda los cines eran peores y solo se podía librar el presupuesto, pero si caías en el pozo de la películas de tercera los cines a los que podías acceder eran los cines de reestreno y lejos de los focos, lo que te condenaba a no recuperar el dinero invertido.

Estreno de película de primera clase en el cine Rialto: El último cuplé, Juan de Orduña, 1957

El cine de los años cuarenta radicalizó los temas de acuerdo al gusto oficial y en la pantalla se vuelcan todos los esfuerzos para glorificar la “liberación nacional” producida tras la victoria del bando sublevado. Solo hay cabida para su idea de lo que tenía que ser España y el buen español. También se recuperan los éxitos literarios de más rancio abolengo, de acuerdo a la nueva forma de pensar, para hacer un cine tradicionalista y de valores añejos.


Cine arraigado: La película estandarte de la década fue Raza (1942). Un argumento escrito por el mismísimo Franco, bajo el seudónimo de Jaime de Andrade, cuyo guion técnico fuera desarrollado por el director, José Luis Sáenz de Heredia. La película fue del gusto del dictador que la vio en un paso previo.

Maravilloso ejemplo de cine dentro del cine

 

Cine desarraigado Vida en sombras (1949), dirigida por Lorenzo Llobet Gracia y con actuación en los principales papeles de Fernando Fernán Gómez y María Dolores Pradera. Se trata de uno de esos casos en los que la censura no impidió que se realizará, pero casi hubiera sido mejor así. Fue catalogada de tercera categoría y cargó de deudas al director para terminarla y fue el fin de la productora Castilla Film porque la película no se conoció en su momento y tuvieron que pasar los años para que fuera reivindicada.

En la década de los cincuenta, se abandonaron, en cierto modo, los homenajes a los héroes del bando nacional durante la guerra y tomó el protagonismo la religión. La católica, por supuesto. Los nuevos héroes están cortados todos por el mismo patrón y sus hazañas eran más de índole moral que física, en la que los buenos eran muy buenos y abnegados y los malos pagaban caro su atrevimiento.


Cine arraigado: José Antonio Nieves Conde fue el realizador del dramón Balarrasa (1951), en la que un abnegado Fernando Fernán Gómez encuentra la senda del bien después de la República en el ejército durante la guerra y luego como misionero.

Confesar o no confesar el atropello de un ciclista

Cine desarraigado: Juan Antonio Bardem dirigió en 1955 una película que fue catalogada por la censura como “gravemente peligrosa” porque Muerte de un ciclista contaba un crimen mayor que el atropello del ciclista del título, el adulterio de Alberto Closas y Lucía Bosé que debían confesar en la película para que la película pudiera exhibirse.

Buñuel, si no sabes torear, ¿para que te metes?

En la década de los sesenta y los setenta el panorama cambiaría radicalmente a la par que cierta prosperidad que trajeron los Planes de Desarrollo Económico y el auge del turismo. Continuó el intento de desmitificación de la guerra pero el franquismo relajó un poco el control frente a la libertad de expresión. La comedia ligera de consumo fácil, que se llamaría #landismo, mostraba falsamente una sociedad feliz, aunque bastante mojigata ante la llegada a España de las turistas suecas que representaban la modernidad a la que se aspiraba.


Cine arraigado: No desearás al vecino del quinto es una película hispano-italiana dirigida en 1970 por Tito Fernández, en la que Alfredo Landa interpreta a un falso afeminado que se lleva de calle a las chicas porque no supone ningún peligro para los maridos. Fue la película más taquillera del cine español hasta la irrupción de Torrente.

¡Gracias tensor por proponer esta escena tan erótica!

Cine desarraigado: Buñuel tuvo nefasto regreso al cine franquista en 1961 para rodar Viridiana, cuando era un reputado director fuera de nuestras fronteras. El sugerente final de los tres protagonistas jugando al mus que sugiriera el propio censor hizo que la película corriera el riesgo de desaparecer para siempre por imperativo franquista, del que solo escapó una copia de Méjico que la salvó.

También en el franquismo pudimos disfrutar de Betsy Blair en Calle mayor, Juan Antonio Bardem 1956

A pesar de la lenta agonía del régimen se quisieron defender todavía sus valores, pero se le veían ya las costuras por todos los lados con censura y todo. El país había cambiado y el cine con él. El problema fue que con la desaparición de esta larga y oscura época lo que vino con las libertades democráticas fuera mucho mejor: se pasó de la censura de todo lo que tuvieran un trasfondo sexual a un pertinaz libertinaje con cine del destape. Aunque eso formará parte de una última entrada.

El cine extranjero tampoco se libraba de la censura coma en Mogambo convierte un adulterio en incesto

Post Data para los más sagaces: No me olvido de dos circunstancias que se dieron en España, pero que, en puridad, no se corresponden con el cine español, el imperio con pies de barro en España de Samuel Bronston y el espagueti western en Almería, que veremos en sus correspondientes entradas.

 

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

    En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…

Próximas entregas
  • Los directores quieren independizarse del estudio
  • Los directores hijos de la televisión
  • El mundo siempre puede ser mejor para Capra (2/3)
  • El cine durante la Democracia

#términos cine

#landismo es el nombre despectivo que le dieron a una serie de comedias, un tanto simplonas, pero con éxito de público, protagonizadas muchas de ellas por el actor Alfredo Landa, quien simbolizaba la imagen del español medio trabajador, obediente y un tanto obsesionado por las veraneantes extranjeras en biquini. 

 

viernes, 23 de julio de 2021

Frank Capra: El nombre delante del título (2/3)

UNA HISTORIA

DEL CINE

PARA NIÑOS

DE 0 A 99 AÑOS:

EL MUNDO SIEMPRE 

PUEDE SER MEJOR

PARA FRANK CAPRA




Con el mejor respaldo de los cinco Óscar obtenidos por Sucedió una noche (1934), Capra ya se creía en condiciones de lograr una tercera meta: convertirse en el primer director de cine en que su nombre figuró en las luces de las marquesinas por encima del título y del nombre de los actores.

Frank Capra, Clark Gable y Claudette Colbert en el set de Sucedió una noche

Y lo que tenía que decir era mejor que valiera la pena decirlo, porque El secreto de vivir (1936) fue el primer filme en el cual conseguí el más alto estatus cinematográfico: obligué a Cohn a colocar mi nombre delante del título Frank Capra: El secreto de vivir todos mis siguientes iban a llevar la misma obsesiva marca de fábrica.

 

Cartel de El secreto de vivir en el que Capra aparece en lo más alto

A partir de un argumento defendido a capa y espada por el propio Capra a pesar de las reticencias de muchos por el comportamientos algo cándido del protagonista, el Mr, Deeds del título original, el director vierte su inconfundible estilo para tejer una historia honesta y coherente por los cuatro costados, gracias sobre todo a la interpretación de Gary Cooper, la perfecta encarnación de todos los valores humanos que transmite el film. Además, contó con la inestimable ayuda de un Jean Arthur en su mayor apogeo que interpreta el papel de la arribista periodista que enamora, primero, el ingenuo heredero y después se enamora de él porque ve lo que representa Deeds. Se convertiría además en su actriz fetiche en esta década. 

No todo es trabajar. Capra y Cooper durante un descanso del rodaje de Mr. Deeds Goes to Town

Al final, Capra tuvo la razón. Un nuevo éxito en taquilla y otra estatuilla de la Academia que él mismo dirigía, como mejor director.

9ª Ceremonia el 4 de marzo de 1937: Paul Muni (The Story of Louis Pasteur), Luise Rainer (The Great Ziegfeld) y Frank Capra (Mr Deeds Goes to Town)

Su siguiente película, Horizontes perdidos (1937) costó dos millones, cuatro veces más que la película más cara de la Columbia hasta ese momento. Tras un primer pase por sorpresa que no tuvo éxito, Capra quitó los dos primeros rollos y, tras un segundo pase, la película de “propaganda” antibélica funcionó muy bien en taquilla.

Marquesina de la película en una sala de cine

 

Con el enésimo triunfo del modelo el director encima del título, fue el reclamo perfecto para que se dejarán contratar por la Columbia otros directores de renombre John Ford, Georges Stevens, Leo McCarey en busca de mayor libertad creativa.

Tarjeta de vestíbulo de Lost Horrizon

Tras un año en blanco por problemas con la productora y con Harry Cohn. Distribuyeron en Inglaterra una película titulada Búscame una novia como si estuviera dirigida por Capra. Cuando se enteró discutió con Harry Cohn y se despidió. Pero el gerifalte le amenazó con que estaba bajo contrato y que no iba a poder dirigir en ningún otro sitio. Capra los metió en juicios en Hollywood, pero lo perdió porque no tenía jurisdicción allí, luego le pasó lo mismo en Nueva York y él terco tanto como el productor, metió en juicio sala productoras en Londres y ante la posibilidad de la bancarrota de Columbia, Cohn El director ganó el pulso y volvió reforzado a la Columbia para hacer Vive como quieras y eso que comprar los derechos de la obra teatral costó dos cientos mil dólares.

Era uno de los gigantes del cine, con una enorme cantidad de todo lo que los gigantes del cine tienen en común: redaños, imaginación, y un amor apasionado de las películas. En algunos aspectos lo superaba todos.

Mientras en España en el río Ebro se está decantando la Guerra civil en favor de los sublevados, en Norteamérica Frank Capra llega al ecuador de su vida y hace balance. Se sorprende de que haya conseguido por sus humildes orígenes los tres propósitos que se había marcado: controlar todos los aspectos de sus películas, conseguir el Óscar al mejor director y película y colocar su nombre delante del título de sus films. En sus propias palabras: 

Un Don Nadie se había convertido en un Don Alguien”. 

Curiosa fotografía promocional de You Can't Take It Wiht You

Pero, no quiere dormirse en los laureles y se prepara para la segunda parte de su carrera con un nuevo reto, volver a sus orígenes y representar en la pantalla los problemas de los hombres de la calle, dejando los grandilocuentes argumentos para otros directores. Vive como quieras es su primera oportunidad de realizarlo.

La obra trataba de una despreocupada familia de rebeldes -y de algunos de fuera que se unían a ellos como “familia”- que vivían en una perfecta Concordia, hallando la felicidad en expresión individual; haciendo las cosas que siempre habían deseado hacer, aunque las hicieran mal.

Capra hace girar su cine entre el binomio del bien y del mal, aunque se le tache de ingenuo. Sabe perfectamente que tiene en sus manos el arma que muchos predicadores deseaban para sí mismos, el lenguaje universal del cine que podía transmitir de una forma mucho más entretenida a las audiencias cinematográficas que cualquier discurso o sermón.

En el rodaje se lo debieron pasar igual de bien que los espectadores al verla

 

En la película el conflicto principal está entre la posibilidad de devorar al prójimo o de amarlo y, por supuesto, en su cine ganará siempre lo segundo, juntando al villano y al héroe al final de la trama en el mismo carril. No hacía falta eliminar al villano, sino conducirlo al bien.

Los cuatro acertados protagonistas: Lionel Barrymore, James Stewart, Jean Arthur y Edward Arnold

En los cuatro papeles principales contó con cuatro primeros espadas que no defraudaron a los que habían confiado en ellos. Todo en palabras del propio Capra en su autobiografía.

Uno podía creer que el joven [James] Stewart podría rechazar el patrimonio de su padre..., un reino en Wall Street.

Para interpretar a Alice -el único miembro acuerdo de los geniales idiotas,- llamé a la más espléndida actriz de la época, Jean Arthur, la de la voz ronca que se rompí en un millar de tintineantes campanillas.

Cuando lo entreviste para el papel del abuelo Vanderhoff [Lionel Barrymore] estaba tullido por la artritis sus manos codos pies y rodillas estaban tan rígidos y nudosos como las raíces de un viejo roble. No podía caminar o coger una cuchara; necesitaba una inyección cada hora para aliviar el tremendo dolor punto su cuerpo era una ruina. Pero no su verbo. ‘Interpretaré el papel con muletas -dijo con una carcajada- solo enyéseme un pie para justificarlas.

Y ahora, el señor Anthony P. Kirby,  el villano de la función. Era el drama, las entrañas del filme. Yo deseaba solo un actor, y pospuse la película dos meses para conseguirlo: Edward Arnold. Podía ser tan untuoso como un director de funeral, y tan frío y despiadado como un jefe de la Cosa Nostra.

A pesar de perder a su hijo John cuando iba a dar por vez primera un pase a la Prensa Internacional, el filme no defraudó al público que acudió a las salas a verlo y en los premios de la Academia gana los Óscar a la mejor película y al mejor director del año 1938.

Entrega del premio al mejor Director por  You Can't Take It Wiht You

Tras desistir de hacer una película sobre el compositor Chopin, con Marlene Dietrich como actriz, Capra quería irse del estudio pero no lo hizo porque sus colaboradores, Harold Winston y Chester Stitch, le pasaron un argumento en tres páginas que le enfrascaría en una nueva producción: Caballero sin espada (1939). Viajó a Washington para documentarse de primera mano los entresijos del Senado y de todos los detalles necesarios para recrear el interior del edificio en el estudio. Como era una réplica de una pieza con tres alturas distintas, tuvo que inventar el proceso de grabar todo con distintas cámaras a la vez para no tener que desplazar las posiciones cada vez que quería cambiar de escenario.

Durante el rodaje de Mr. Smith Goes to Washington

La historia era un duplicado del formato villano / héroe de Vive como quieras. No tuvo muchas dudas en quienes iban a ser los protagonistas: para el héroe y comediante desechó la opción de Gary Cooper, confiando de nuevo en James Stewart, volvió a apostar por Jean Arthur y Edward Arnold, para dar vida a la heroína y al veterano Jefe político, y fichó, por su porte senatorial, a Claude Rains, como el villano de la película. Pero, para elegir al resto de personajes empezó un pequeño calvario porque él quiso. Había 180 papeles y muchos extras y Capra se empeñó en entrevistar personalmente a todos los candidatos, cuatro para cada papel. Quien sepa multiplicar ya tiene tarea. Su idea era darle a cualquier papel o extra, por insignificante que fuera, la importancia de un protagonista, para que no fuera un actor interpretando a un personajes, sino la persona que representaba su papel. 

Capra con los tres primeros espadas (Steward, Arthurd y Arnold)  de Mr. Smith Goes to Washington

Al final, el tiempo y los resultados le dieron la razón al “macarroni”, que se encontró con una campaña en contra de la película por los Jefes de Prensa del Senado que achacaron ciegamente a la película de un ataque a la democracia y no una exaltación como la vieron los espectadores. En su estreno se olvidaría toda polémica, porque hacía dos meses que había comenzado la II Guerra Mundial, y en los Óscar no ganó ninguna de las nueve candidaturas por el pecado de competir el mismo año que lo hacía Lo que el viento se llevó.


Barbara Stamwick frente a Capra ante la atenta mirada de Gary Cooper en una pausa de Meet John Doe

Aquí acabó el contrato con la Columbia. A pesar de la predicción de Harry Cohn de un lacónico: “Volverás”, Capra y Riskin consiguieron de la Warner un carta blanca para hacer su siguiente película, Juan Nadie (1941), siendo ellos los propios productores del film y llevándose los beneficios, aunque abonando eso sí, cien mil dólares cada uno para la productora independiente que llevaba su nombre. Una vez conseguida la historia con un tratamiento original de Richard Connell, Capra y Riskin volvieron a su refugio cuando escribían al alimón en una cabaña en el desierto llamada La Quinta. El guion salió como un tiro, pero resultó de fogueo porque no consiguieron un final a la altura del resto de lo escrito. Nadie a quien se consultó supo rematarlo, y al final se decidieron por rodar cuatro finales que el tiempo les diría cuál iba a ser el más satisfactorio. Todos los actores en que pensaron para los principales papeles aceptaron sin leer el guion: Gary Cooper, Barbara Stamvyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason y Spring Biyngton. Los pases con los cuatro finales no convencieron a nadie y a última hora alguien les dio la solución por carta: no se podía suicidar y había que devolver a John Doe a la gente del pueblo de donde había salido y ser salvado por todos los indigentes amigos suyos que le pedían que no se hiciese. Así, esta película con cinco finales, como la apodó Capra, se ganó nuestros corazones.

La efímera Frank Capra Productions Inc. en lo más alto del cartel de Meet John Doe

Lamentablemente, aunque la película yo beneficios llegó el fisco y se llevó gran parte de ellos por lo que no tuvieron más remedio que disolver la sociedad Frank Capra Productions, Inc y tuvo que seguir pagando el crédito que habían pedido para sufragar la producción.


Mientras tanto, ocurrió algo que, no por inesperado, era más grave, el ataque de los aviones japoneses a Pearl Harbor, que cambió la historia general del mundo y particular de Frank Capra. Como muy pronto veremos.

"No se vayan todavía, aún hay más..." Todavía le queda a esta pareja una película juntos

 

 

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

    En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…

Próximas entregas

  • El cine durante el franquismo
  • Los directores quieren independizarse del estudio
  • Los directores hijos de la televisión
  • El mundo siempre puede ser mejor para Capra (3/3)