UNA HISTORIA
DEL CINE
PARA NIÑOS
DE 0 A 99 AÑOS:
LOS OTROS:
BÉLICO, HISTÓRICO,
DE AVENTURAS, CIENCIA-FICCIÓN,
FANTÁSTICO Y ROMÁNTICO
Esta entrada deja a un lado las clasificaciones genéricas por su
formato o producción (animación, de arte o independiente, 3D, silente o sonoro)
o según el tipo de audiencia (infantil, juvenil, familiar o adulta) y tiene en
cuenta que, sobre todo a partir de la II Guerra mundial, los géneros cinematográficos se empezaron a difuminar sus
fronteras y a entremezclar, hasta el punto que su estudio se ha convertido en
algo fatuo o sin sentido.

Tras tratar los géneros del western, el musical, el terror,
el thriller; circunscribir el de romanos al especial de Semana Santa,
y dejar la comedia para ejemplarizarla en esta Historia del Cine para niños de 0 a 99 años con los magos del humor del cine mucho, con los estudios
específicos de la comedia screwball o de la Ealing
y de los cineastas cuya obra más reconocible fuera la comedia como Billy Wilder; en este cierre demasiado breve del resto de géneros
entremezclaré dos criterios que han sido utilizados por separado, pero que, en
mi opinión, reflejan cualidades equivalentes: por su estilo y tono, por un
lado, y por su ambientación o tema, por el otro. El resultado será una
mezcolanza, una confusión y/o complemento entre géneros, que no tiene mayor
importancia cuando la luz del proyector ilumina la pantalla y empieza cualquier
película.
“Los
japos son casi tan buenos como nosotros” decía
el Major Nelsson, el personaje de Errol Flynn en Objetivo Birmania (1945) de Raoul Walsh. Un claro ejemplo de cine bélico con mayúsculas, que es el
cine realizado sobre guerras contemporáneas o inmediatamente anteriores a la
fecha de la realización de la película; mientras que el cine histórico
es el que refleja guerras pretéritas en un determinado contexto histórico.

De acuerdo a esta distinción, a
caballo entre el cine bélico y el histórico se coloca su género de películas
de nazis. Las películas norteamericanas antinazis de los años 40 que se
realizaron como parte del esfuerzo de los estudios de cine a la guerra, sería
genuinamente cine bélico, aunque no fuera necesariamente realizada por
directores norteamericanos, como ejemplo Esta
tierra es mía (This Land is Mine, 1943) de Jean Renoir o Los verdugos también mueren (Hangmen Also Die!, 1943) de Fritz Lang. Y la retrospectiva del ascenso gobierno y
caída del nazismo y de su estandarte Adolf Hitler sería cine histórico
con trasunto bélico. Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961), El
tren (The Train, John Frankenheimer, 1965) o Enemy at The Gates (Enemigo a las puertas, Jean-Jacques Annaud, 2001).
Cine con ambientación histórica
suele ser también el cine de aventuras. Todo el cine es de aventuras si
atendemos a la raíz latina, ad ventura, o lo que es lo mismo hacia lo
que la suerte te depare. Citaré dos claros ejemplos de aventuras de recreación
histórica, que están unidos por un record. Scaramouche (George Sydney, 1952) era la película ambientada en la Revolución Francesa con el duelo más largo del cine,
hasta que Ridley Scott realizó Los duelistas, película cuya aventura central que
se desarrolla durante todo el metraje es el duelo entre los protagonistas en la
Europa napoleónica. En el cine actual si la aventura es contemporánea, se suele
llamar a este cine de acción, en la que el musculito de turno, encarna a
un ex espía o a un ex fuerzas armadas que lucha contra todo y contra todos. El
germen de este cine se puede entroncar en la saga James Bond y fue abonada en los años 80 por actores de dudosa capacidad
interpretativa como Schwarzenegger, Stallone o Van Damme.
Tampoco podemos olvidar las
distopías cinematográficas, una suerte de prospección histórica de cómo será el
mundo en un futuro. La década de los años cincuenta fue la época dorada del cine
de ciencia ficción, la mayoría de los casos con un ánimo te sugerí terror
por la latente amenaza nuclear, pero también algunas películas con trasfondo
filosófico como El increíble hombre menguante (The Incredible Shrinking Man, Richard Matheson, 1957) y la primera versión de Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, Robert Wise, 1951). La mirada al futuro se volverá como una solución a los
problemas del presente, como se ha hecho siempre con la historia.

La primera
consideración intelectual del cine de
ciencia-ficción fue 2001, una odisea
del espacio en la que se intenta responder a la eterna pregunta de quién
somos y a dónde vamos, seguida de otras películas como Solaris (Andrei Tarkovsky, 1972) o Blade Runner (Ridley Scott, 1982) que nos hacían pensar en a dónde derivará el ser humano.
Hasta que llegó el filón de las sagas pseudo-filosóficas como Terminator, con la posibilidad de que en el futuro estemos amenazados por la
dictadura de las máquinas, o como Matrix, una suerte de caverna de
platónica en la que la realidad está diseñada para sacarnos mientras alucinamos
la esencia.
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Cartel de la versión original de Solaris
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La última hornada de películas que han llegado para quedarse son
las que relatan los viajes espaciales para buscar otros mundos porque ya nos
hemos cargado el nuestro, Interstelar (Christopher Nolan, 2014) expediciones científicas a otros planetas que no acaban
bien, Gravity (Alfonso Cuarón, 2013).

Si el foco se pasa de la
ciencia a la magia y a las fuerzas sobrenaturales, el cine de ciencia-ficción se convierte en cine fantástico. Los afanes de los protagonistas ya no consisten en saber qué aparato ha
fallado y pedirles cuenta a los ingenieros, sino en saber que han hecho mal
para despertar unas fuerzas telúricas y pedirle cuentas a un mago. Como ejemplo
de película fantástica con raíces históricas citar Escalibur (John Boorman, 1979), en la que el mago Merlín se constituye en maestro y principal aliado del rey
Arturo con la ayuda de sus artes mágicas en su
lucha contra Morgana, la hermana del rey que es otra maga
de armas tomar. Para los guionistas de la ciencia-ficción tienen que
recrear una nave espacial que viaja a una velocidad de la que todavía no
tenemos la tecnología adecuada; mientras que el del cine fantástico
tiene que recrear una mitología clásica o conformar una oculta para que el
público entre en la trama y se la crea a pies juntos.
Además de la vida y de la muerte, el tercero de los principales temas
literarios estrella es el amor, que en términos cinematográficos se traduce en
el género del cine romántico. Como en todos los anteriores géneros, el
amor ha movido voluntades en diferentes épocas de la historia y esto ha sido
reflejado innumerables veces en literatura. Teniendo en cuenta que más del
noventa por ciento de las películas que se han realizado han estado basadas en
un libro, no es raro, por tanto, ver adaptaciones más o menos fidedignas de clásicos
de la novela romántica, escritas antes de la invención del cine, por lo que en su
puesta de escena es obligado hacer cine histórico. Incluso, se ha realizado en
el mismo años dos versiones distintas del mismo libro, dando lugar a Las amistades peligrosas (Stephen Frears, 1988) que se quedó con el título de la
novela, y Valmont (Milos Forman, 1989), que eligió el nombre del protagonista masculino.
Sin alejarme de la literatura, la mayoría de los poemas amorosos
son todo lo contrario, describen la falta de amor, la no correspondencia, el
desengaño amoroso, en definitiva, el sufrimiento que produce la falla del
mismo. En este contexto nace el cine melodramático, en el que la mayoría
de los conflictos tienen raíz sentimental, aunque dándole tintes, patéticos o
lacrimógenos debidamente exagerados con la intención de provocar emociones similares
en el público. El cine melodramático ha estado presente a lo largo de la
vida del séptimo arte, desde los melodramas mudos de Griffith, hasta las grandes
producciones digitales como Titanic (David Cameron, 1996), pasando por su
época dorada a finales de los cuarenta, con su obra más significativa Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939) y por serie de melodramas dirigidos por Douglas Sirk: Sólo el cielo lo sabe (All That Heaven Allows, 1955) o Escrito sobre el viento (Written on the Wind, 1956).
En última instancia, si
al cine romántico le quitas el amor nace el cine erótico, un cine
de postal, de anuncio publicitario: con el que se comercializa de forma más o
menos burda con el cuerpo humano. Una anécdota. En el mundo del cine en la
España franquista se denominaba a estas películas como cine S, para
diferenciarlo de la rama más dura de la que no hablaremos aquí. No obstante
pondré tres ejemplos, por no ser menos que el resto de subgéneros: la serie Enmanuelle,
la adaptación del famoso libro también erótico
Historia de O (ambas dirigidas por Just Jaeckin, el 1974 y 1975
respectivamente), o la almibarada Nueve
semanas y media (Adrian Lyne, 1986).

En definitiva,
los géneros cinematográficas son cajones los que compartimentar las películas
como si de una clasificación temática se tratase, por decirle de forma basta, o
modelos en los que ajustar una serie en los que el director se sienta más
cómodo y tenga un pilar en el que sustentarse. A partir de ahí el realizador
tiene la posibilidad de seguir estos modelos, mezclarlo con otros modelos,
intentar reformular los y crear una evolución o simplemente destruirlos para
crear algo nuevo. |
Film antinazi de Fritz Lang. ¡Conocía muy bien el paño!
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NOTA DEL AUTOR:
ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN
ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA
DESINTERESADA.
En
sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la
HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido
especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como
reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo
de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene
final y que nunca te las habían contado de esta manera.
En
este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán
desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos
personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es
menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones
cronológicos al uso.
No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…
Próximas entregas
- Cine inglés: de la Ealing a los chicos airados
- The Americam Wife Live: La comedia screwball
- Actrices de leyenda
- El Dios de Fernando Trueba