viernes, 2 de octubre de 2020

Una Historia del Cine para niños de 0 a 99 años

La llegada del sonoro 

por apuros económicos




Y los Warner dieron la campanada el 6 de octubre de 1927 con El cantante de Jazz

Si el cine mudo había alcanzado su cima a nivel artístico, ¿qué pudo impulsar a los hermanos Warner para lanzarse a la producción de películas sonoras¿Y mucho más cuando no había un sistema mínimamente fiable? Pues, lo que mueve el mundo desde hace muchos siglos: el dinero. 


Albert Warner (1883-1967)


Harry Warner (1881-1958)
Sam Warner (1887 - 1927)

Jack Warner (1892-1978)

Harry, Albert, Sam y Jack Warner eran unos capitalistas judíos, de los primeros que trasladaron la producción cinematográfica desde Nueva York a Hollywood en busca del ansiado sol que les permitiera rodar durante todo el año. Aún con todo, no dejaron de conformar una empresa de tamaño mediano que a mediados de los años veinte entró en crisis, hasta el punto de pensar en hacer una locura. 


Lee de Forest

Los ingenieros estaban desde hace años a la caza de un sistema de reproducción de sonido, pensando en su realista concepción del mundo que el cine debía de ser habladoUno de estos, Lee De Forest patentó un sistema  en 1919, sin que nadie se decidiese a utilizarlo porque entonces se pensaba que el cine iba a ser siempre silente, la sincronización de una grabación de audio, que en segundo plano habría de ajustarse a la imagen mientras esta se reproducía en el lienzo. Ese fue el sistema que los Warner decidieron emplear para salir de la ruina que se les venía encima. Como describiera Stanley Donen en la afamada Cantando bajo la lluvia el sistema era imperfecto porque la película en numerosas ocasiones se quemaba después de muchas proyecciones y había que cortarla y volverla a pegar. Algo que no le ocurría a la grabación, por lo que se desajustaba la voz de los personajes con el movimiento de sus labios, convirtiendo la escena más emotiva en una cómica. 


Trailer de Singin' in the rain (Bailando bajo la lluvia, S, Donnen y G. Kelly, 1952

Enlace al video: https://www.youtube.com/watch?v=JmjrFb142Dw&feature=emb_logo

Así, el mundo asistió atónito el 6 de octubre de 1927 a la primera ocasión en que se hablaba en el cine. Un antiguo actor de vodevil llamado Al Jolson cantaba al final de una película titulada El cantor de jazz (Allan Crosland) una anodina canción mientras su cara estaba pintada de betún para hacer ver que era un cantante negro de jazz. 

Una película que no tenía nada, se convirtió por las necesidades económicas de los Warner

Al Jolson en su icónica imagen
 en una película siempre recordada, principalmente por ser la primera sonora y, a la vez, sacar a sus productores de la ruina y convertir su sello en una de las siete #Majors que domeñarían la industria cinematográfica durante lustros. 

Todos los logos © http://seripierro.blogspot.com/2012/02/logos-de-cinema.html 

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TODAS LAS FOTOGRAFÍAS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:

  • Cuando los vikingos no llevaban cuernos
  • Humor inglés a la manera Monty Python
  • El Club de los Poetas Tuertos: Raoul Walsh (3/5)
  • La mujer de la falda creciente, la Jane de Tarzán

 

#términoscine
#Major es el anglicismo con el que los resabísdos historiadores de cine denominan a las siete más grandes estudios cinematográficos que dominaron el también llamado Hollywood clásico.

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