Una Historia
del Cine
para niños
de 0 a 99 años:
Génios de la comedia silente:
Buster Keaton
¿Cómo te comportarías en
medio de un vendaval en donde todas las construcciones se caen a tu alrededor? ¡Seguro
que no has visto El héroe del río! Buster Keaton labró toda su fama interpretativa poniendo
la misma cara en todas sus películas, en un medio como el cine silente en el
que había que hacer avanzar la acción mediante una gama ilimitada de gestos. Sus
dos contrincantes directos, Chaplin con su mirada melancólica y Harold Lloyd
con su sonrisa permanente, así lo atestiguan. Por eso mismo, por se le conocía
por el sobrenombre de Cara de piedra en España se tradujo con Cara de
palo. Lo más seguro es que no tuviera conocimiento del experimento de Paulov,
ante una cara siempre con el mismo gesto, los objetos que le pusieras delante
determinaban en el espectador las sensaciones que transmitía dicha cara. Esa
era la razón del éxito de Buster Keaton, además de su agilidad que le permitía
hacer acciones imposibles, y de los gags o trucos visuales siempre
analógicos que inventaba para llevarlos a cabo. El malabarista impasible, que
fuera llamado en España con el nombre sinsentido de Pamplinas. 
Caricatura publicada en la revista Nuestro Cinema
Nació con el cinematógrafo como Joseph Frank Keaton. El apodo de “Buster”, que se le quedó para siempre, fue puesto por el famoso ilusionista Harry Houdini, colaborador del padre de Buster, que, al verlo caer de una escalera, sin una sola herida a la edad de tres años, exclamó: «That was a real buster!», que podría traducirse por: «¡Menuda caída!» Hasta los diecisiete años participa en los escenarios de vodevil de medio mundo en un espectáculo familiar un tanto macarra y violento denominad “los tres Keaton”; y se encuentra solo en Nueva York en donde entra a trabajar por vez primera en el cine en la troupe de Roscoe “Fatty” Arbudkle, con el que se traslada pronto a Hollywood cuando se trasladan a los estudios Biograph en Hollywood y triunfan juntos hasta que 1921 Fatty es acusado del asesinato de la bailarina Virginia Rappe que acabó con su carrera, pero no con la de Buster que siguió su meteórica carrera desde los cortometrajes hasta los largos que le harán inmortal.
Como Charles Chaplin, Buster quería controlar la mayor parte del producto y no solo iba protagonizar sus películas y diseñar sus gags, sino que a lo largo de su carrera irá adoptando otros roles como montador en El navegante (1924), El moderno Sherlock Holmes (1924) o Las siete ocasiones (1925), de guionista en Las tres edades (1923) y La ley de la hospitalidad (1923), o de productor de casi todas sus películas desde casi sus inicios. Además de la labor interpretativa en donde se le reconocerán sus méritos será en la dirección de sus films, por los que ha sido incluido en alguna lista de los mejores directores de la historia. Los cortos de 10 minutos los hizo en solitario, pero en los primeros largometrajes hasta El navegante dirigió las películas con la ayuda de otro director (Donald Crisp, Edward F. Cline o John G. Blystone) que se encargaría en principio de la parte más cinematográfica, mientras Keaton se ocupaba de preparar las acrobacias y los trucos que inundaban sus cada vez más largos metrajes.
Las dos películas más importantes de Keaton fueron El maquinista de la General (1926), que sin embargo fue el mayor de sus fracasos de público. Estaba orgulloso de su película por estar basado en un hecho real ocurrido durante la Guerra civil americana, que aparecía en los libros de Historia con el nombre de “la gran persecución en locomotora”. Evidentemente, la odisea de un hombre solo que para salvar a su chica tiene que cruzar las líneas Confederadas a bordo de una locomotora es la peripecia que mejor se adapta a sus cualidades interpretativas. Solo recordar el episodio en el que sus enemigos ponen troncos en la vía para que no pueda pasar el tren y él sin inmutarse se sube a la quilla de una locomotora a la menor velocidad posible y va echando los troncos a un lado y a otro con mucha dedicación y gran pericia.
La otra película es El héroe del río que hablábamos al principio. En esta joya, tras la peripecia sentimental con la chica de turno, Buster debe luchar en esta ocasión contra la madre de todos los vendavales en un final de infarto. Lo que no consiguió esquivar Felipe segundo en la Armada invencible lo consigue Keaton él solo, en una escena que funciona de forma perfecta como un engranaje de relojería y que tiene el culmen en el momento en que le cae la fachada encima y se salva porque coincide su cuerpo con el de la ventana. No hay mayor muestra de sangre fría.
En 1928 quiere cambiar de aires en la United Artist, pero como no consigue el contrato tiene que volver con las orejas gachas a trabajar para la Metro que le compra su empresa, le recortan la libertad artística y le obligan otra vez a dirigir con un codirector que le cortase las alas. Así, tras el fracaso de la parlante El Tenorio tímido (1930) y le obligan a hacer películas sin interés, para actores de medio pelo como Jimmy Durante o los gags para otros artistas como los hermanos Marx. Aquí ocurre otra anécdota significativa. El humor y de los Marx y el de Keaton estaban en las antípodas, y cuando los hermano se le quejaron al bueno de Buster, este le respondió que hacía lo que se le mandaba el productor, que no era problema suyo. Está triste circunstancia, no presagiaba, sino que constataba que los buenos tiempos para el bueno de Buster habían acabado.
Hay una máxima en
Hollywood que dice (o me lo acabo de inventar, pero qué es enteramente la
verdad): “Vales tanto como el éxito de tu última película”. De esta forma, Buster
Keaton desapareció de la memoria de la mayoría de los mortales y solo se le
contrató esporádicamente para intervenciones puntuales gentiles de diversa
temática y calidad. Aparece interpretándose a sí mismo en Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses, 1940) de Billie Wilder, interviene
como el clown pianista de candilejas que se come interpretativamente a
Chaplin por lo que se dice que este redujo su papel. En La vuelta al mundo en 80 días en donde se hace un
homenaje a su película más famosa interpretando el papel de un maquinista de
tren. La última película que realizará, el mismo año de su muerte en 1966 será Golfus de Roma en el papel de un
Erroneous que se pasa toda la película corriendo. Es un título importante,
porque los críticos de la nouvelle vague lo sacaron del olvido y revindicaron
su figura y sus filmes, lo que ha motivado que hoy a Buster Keaton lo conozca
todo el mundo y pueda aparecer en esta Historia del Cine.
Escena en Sunset Boulevard
Para terminar, dos ejemplos de la importancia de Keaton, uno contemporáneo al actor y otro actual. En su libro Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos de 1929 Rafael Alberti le dedica un poema titulado “Buster Keaton busca a su novia por el campo, que es una vaca”, en homenaje al actor en la película de Keaton El rey de los cowboys.
Enlace al poema: https://www.google.com/amp/s/intermediodvd.wordpress.com/2013/08/31/5236/amp/
Volviendo de nuevo al principio, el Óscar al mejor cortometraje animado de 2011 fue para El fantástico vuelo del libro del señor Morris Lessmore. Según su sitio oficial, este maravilloso cortometraje está inspirado en igual medida por el huracán Katrina, Buster Keaton, el mago de Oz, y el amor por los libros. En efecto, el protagonista es clavado a nuestro actor y se muestra durante los 15 minutos del metraje, además de mudo, impasible ante todo lo malo (el vendaval de El héroe del río) y lo bueno que sucede a su alrededor durante su estancia en la casa de los libros.
Enlace al cortometraje: https://m.youtube.com/watch?v=Ad3CMri3hOs
Buster Keaton antes de ser puesto en valor por los europeos en 1960 recibió, no obstante, el Óscar honorífico que se le había negado con sus películas. Y El maquinista de la General figura en el puesto 18 te las tienen mejores películas de todos los tiempos por el American Film Institute y fue considerada cultural histórica y estéticamente significativa por la biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el Nacional Film Registry.
NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.
En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.
En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.
No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…
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