viernes, 19 de marzo de 2021

Una de canciones - Los géneros musicales

Una Historia del Cine

para niños

de 0 a 99 años:

 

¿Qué echan hoy?

Una de canciones

 

El cine musical es uno de los géneros clásicos en el cinema. No confundir una película con canciones de una simple #Banda Sonora Original

Un día en Nueva York (1949)

Si el western era una idealización de unos históricos y el terror una llamada a los instintos más primarios, el musical se constituye como una abstracción, algo que no existe. En la vida real nadie se pone a cantar y a bailar sin un motivo evidente. Los números musicales solo existen como la catarsis en las tragedias, como una válvula de escape ante los problemas de la vida. No dejan de ser una expresión íntima, eso sí, a viva voz y en movimiento, de un estado de ánimo. Un ejemplo claro es el número musical que da título a una película de culto: Cantando bajo la lluvia, (Gene Kelly y Stanley Donen, 1952). Nadie en su sano juicio se pone a cantar y a bailar bajo una lluvia torrencial si no eres Don Lockwood y acabas de dejar a Kathy Selden en casa después de una primera cita. 

Enlace al número musical: https://www.youtube.com/watch?v=4wKB2G6DQYc 

Si la ópera es considerada como el no va más de la expresión artística por la conjugación en un mismo espectáculo de la pintura, la escultura, la interpretación y la música vocal y sinfónica, el cine musical también aspira a ese reconocimiento máximo dentro de los géneros cinematográficos, aunque haya que dejar de lado un tanto la verosimilitud.  

Fantástica Opera Rock El fantasma del paraíso (Brian de Palma, 1974)

Aunque la época dorada del género ya ha pasado, ya que esta tenía su razón de ser en el sistema de estudios, tras la inicial revolución del cinema parlante. El cantante de Jazz no dejaba de ser un musical con una sola canción al final.

Después de unos lógicos titubeos de películas con canciones, ya entrada la década de los años 30, se cimentó el género con espectáculos consolidados como los distintos #follies o las películas para el lucimiento de las parejas de bailarinas como la formada por Fred Astaire y Ginger Rogers en Sombrero de Copa (Mark Sandrich, 1935).   

Enlace al "Cheek to cheek" de Irving Beling: https://www.youtube.com/watch?v=UMyNGrqkp64 

Los años 40 y 50 alcanzarían sus más altas cotas y un clasicismo exultante, sobre todo con los producidos por la Metro: Un día en Nueva York, Brigadoon o Un americano en París 1951. Con con artistas totales como Gene Kelly, con bailarinas exóticas como Cyd Charisse o directores estrellas como Stanley Donen o Vicente Minelli

Vicente Minnelli (1954)

En estos últimos radicaba el salto de calidad, no eran directores especialistas, sino directores con mayúscula.

Vicente Minnelli (1951)

Ya en los años sesenta y, sobre todo, setenta hubo una revitalización del género en el que se intentaba enganchar a las nuevas generaciones con el apoyo de las #Óperas Rock. Ya fuera como vehículo de un grupo determinado, ¡Qué noche la de aquel día! (Richard Lester, 1964) o Help (Richard Lester, 1965) con The Beatles; El último vals (Martin Scorsese, 1978) con The Band, Tommy (Ken Rusell, 1975) o Quadrophenia (Frank Roddam, 1979) de los Who, o Live at Pompeii o El muro de Pink Floyd. Ya fuera empleando el rock como fuente musical, El fantasma del paraíso (Brian de Palma, 1974), Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973), Hear (Milos Forman, 1979) o Grease (Randal Kleiser, 1978).


En última instancia y a partir de los años 80, el musical en celuloide como género decayó por desgaste, como una evolución lógica en la vida. 

Sin embargo, ha seguido muy vivo de forma intermitente porque el corazón que siempre les ha bombeado ideas, desde la pantalla sonora, durante la época dorada o la etapa rockera, los musicales teatrales en el Broadway neoyorquino, nunca han dejado de existir. Así, la falta de ideas originales directamente para el cine, algo generalizado en todos los géneros, se ha explotado los musicales más exitosos, y los no tanto, en una suerte de segunda oportunidad. 

Richard Attenborough (1985)

Lars von Trien (2000)

Dice el conocido aforismo: “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”. Por lo tanto, si el número de espectadores que pueden ver en un espectáculo teatral es reducido, ¿por qué no llevar ese musical a la pantalla cinematográfica para que se vea en todo el mundo? De esta forma, hemos podido ver joyas como The Cotton Club, A Chorus Line, Bailando en la oscuridad, Moulin Rouge (Baz Lurhmann, 2001) o Chicago (Rob Marshall, 2002).


Tampoco olvidemos que desde que hiciera el largometraje Fantasía (1940) la factoría Disney ha utilizado en casi todas sus producciones en dibujos animados la fórmula del musical, que también han explotado a su estela las distintos estudios de animación. Porque El libro de la selva (1967), La bella y la bestia (1991), El rey león (1994) o Frozen (2016), en el universo Disney; y Toy Story (1995) o Coco (2017), en Pixar.

En The Wall (Alan Parker, 1982) también tenía cine de animación.


El cine musical no es un recuerdo del pasado, no son películas conservadas en naftalina porque a nadie le gusta. Como hemos visto en esta líneas, es un género que se ha reinventado a lo largo de todos estos años y de vez en cuando asoma su cabecita en las carteleras con buenas aceptación por parte del público. Por lo que podemos gritar a los cuatro vientos:

¡¡¡ El musical ha muerto, viva el musical !!!
 

Enlace a
The Cotton Club (Francis Ford Coppola, 1984) - Death and Dance - James Remar - Gregory Hines: https://www.youtube.com/watch?v=MphGg_lxbY0

 

NOTA DEL AUTOR: ALGUNA DE LAS LAS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS ESTÁN EXTRAÍDAS DE INTERNET SIN ÁNIMO DE COMERCIAR CON ELLAS. GRACIAS DE ANTEMANO POR LA AYUDA DESINTERESADA.

 

En sucesivas entregas haré un recorrido lúdico, aunque exhaustivo sobre la HISTORIA DEL CINE con mayúscula. En un principio, va dirigido especialmente al público más joven, pero luego no excluir a nadie, como reza el título general. Por lo que cualquiera puede leerlo con el ánimo de aprender cosas en esta apasionante historia que todavía no tiene final y que nunca te las habían contado de esta manera.

En este BLOG no va a seguir un orden cronológico, sino que se irán desgranando los capítulos de forma aleatoria, ateniendo a mis gustos personales y a las anécdotas que vayan surgiendo. Más adelante, si es menester toda la obra se puede editar en libro siguiendo los cánones cronológicos al uso.

No te pierdas esta increíble aventura, que será el comienzo de una larga amistad…


Próximas entregas:

  • Orson Welles: del meteórico ascenso al ostracismo más fructífero (1/2) 
  • El marxismo según los Hermanos Marx (3/3)
  • "Cara de palo" Keaton: el impasible Buster
  • Una de asesinatos: los géneros cinematográficos (4/5)


#términoscine

#Banda Sonora Original o BSO es otra forma de sacar dinero por el producto que se vende. Incluye generalmente toda la música original compuesta para la película por un músico de renombre. Hoy en día, en las Bandas Sonoras se han incorporado para que sirvan de reclamo comercial canciones famosas que, en el mejor de los casos, se pinchan durante la película o, en el peor, solo se escuchan en los títulos de crédito.

#follies o vampiresas son películas musicales de los años treinta que consisten en una suma de números del mundo de variedades alrededor de un director de escena famoso que no tienen una ligazón argumental en la que aparecen en abundancia mujeres ligeras de ropas y repletas de lentejuelas.

#Ópera rock son originariamente discos de música rock que no se conciben como una suma de canciones, sino que tienen una intención unitaria, como si de una ópera clásica se tratase. Están concebidas para que se conviertan en películas musicales en escenarios o en películas, o en ambas.

 

3 comentarios:

  1. Qué buenos recuerdos me trae el artículo. He visto muchas de ellas pero Cantando bajo la lluvia sigue siendo especial. El último vals también tiene un nivelazo impresionante.

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  2. Lo más de lo más sería ver Cantando en una sala grande con el Dolby a tope.😱🤗

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  3. hermoso artìculo. el musical siempre existirà. es maravilloso

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